Goodluck Jonathan se inclina dignamente ante Mohammadu Buhari después de reconocer su derrota y el triunfo rotundo de su contrincante en las elecciones presidenciales. Este día tiene que ser histórico no solamente para Nigeria sino para África entera. La ceremonia de intercambio de poder ha sido ejemplar en medio de medidas especiales de seguridad en un país donde el terrorismo de Boko Haram puede golpear en cualquier sitio. No hubo ningún incidence, ninguna reclamación, ninguna manifestación en torno a los resultados electorales. Un ejemplo que lo que muchos países africanos tienen que hacer.
Últimamente han surgido voces que sostienen que África se está levantando. Contrariamente al afropesimismo de los años 80, se ven indicios en algunos países de un futuro mejor. Empezando por la democracia, ya van bastantes países que han tomado el camino firme de las elecciones transparentes y que han conseguido la alternancia en el poder sin golpe de Estado ni guerra ni derramamiento de sangre. Se puede citar a Ghana, Benin, Senegal, Tanzania, Botswana, Zambia, Africa del Sur, Kenya y ahora Nigeria etc. Todos estos países y otros más optaron por la vía de la voz populi, respetando los resultados de las elecciones. Cuando hay buena gobernanza, el desarrollo sigue como consecuencia.
El futuro de África pasará por encontrar vías de hacer participar al pueblo en los sistemas de representación para asegurar la estabilidad y la puesta en marcha de proyectos integradores de desarrollo.
Nigeria será un ejemplo entre tantos. Esperemos que el nuevo presidente cumpla con su palabra y canalice los deseos del pueblo nigeriano de ver el fin de Boko Haram y de la corrupción, dos de los grandes males del primer productor del petróleo en África.
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