Últimamente Burundi está siendo noticia por los disturbios desencadenados por la proclamación del partido en el poder de presentar al presidente Nkurunziza al tercer mandato. Los opositores a esta candidatura alegan que está en contra de la Constitución y de los acuerdos de paz de Arusha. Los acuerdos de Arusha que firmaron todos actores políticos y sociales de Burundi afirman que el presidente no puede superar dos mandatos; la constitución que se hizo a base de esos acuerdos dicen lo mismo pero añadiendo que el presidente tiene que ser elegido con el sufragio universal. Ahora bien, Nkurunziza fue primeramente elegido en 2005 por el parlamente y posteriormente en 2010 por el sufragio universal. Allí está el matiz.
Sin embargo, aunque haya este matiz, los opositores y muchos observadores creen que hay que tener en cuenta del espíritu de los legisladores y del bien de la nación. Así lo expresan los diferentes países como Estados Unidos, la Unión Africana y la propia ONU. A pesar de todo ello, Nkurunziza presentó ayer su candidatura oficial al órgano encargado de la elecciones.
Ahora la oposición está dividida. Algunos piensan boycotear las elecciones y dejar a Nkurunziza solo y otros dicen que se presentarán a pesar de todo. Entre ellos están Domitien Ndayizeye, el que fuera presidente de transición entre 2003 y 2005 según los acuerdos de Arusha y Agato Rwasa, uno de los opositores históricos de Nkurunziza. Las elecciones tendrán lugar en junio.
La pregunta es: Visto lo que está pasando en el país, ¿habrá un clima propicio para organizar las elecciones libres y transparentes en menos de dos meses?
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