No todo África arde
La generalización que frecuentemente
se hace sobre África suele ser fuente de confusión. El desconocimiento sobre el
continente y la simplificación hace que, desde occidente, se hable de África
como si fuese una realidad homogénea sin tener en cuenta su enorme diversidad. Se
puede oír decir : África va mal; los pobres niños de África mueren de hambre;
todo es miseria en África; las guerras son incesantes en África... sin hacer
mayores precisiones, ni identificar país, regiones, zonas o circunstancias en
la que ocurre. Lo que contribuye a configurar una idea superficial, imprecisa
y, en casos, distorsionada de la realidad africana, que unida a cierta pereza
intelectual o falsa compasión, provoca ante los ojos de Occidente y del mundo, una
percepción incompleta de lo que realmente es.
África es un mosaico
multicolor. Conocer sus problemas, sus gentes, sus riquezas y miserias, sus
fuertes contrastes…sus virtudes y defectos, requiere como premisa aproximarse a
ella con voluntad de saber. Lo que exige esfuerzo, rigor y análisis como
demanda el conocimiento de cualquier otra realidad geopolítica de dimensión
continental. Con la singularidad de que, en el caso de África, además, requiere
una exigencia urgente en hacerlo. Por la dignidad del
hombre, por el bienestar de los africanos y por la estabilidad del mundo.
Si el tema que nos interesa
aquí es el de las guerras, la primera afirmación categórica que hay que hacer
es la de que ¡no toda África está en guerra!. Bien es verdad que hay guerras en
muchos países pero también es verdad que hay muchos países estables. Los hay
que tuvieron una guerra pero que ya no la tienen y los hay que nunca tuvieron
guerra desde su independencia. No todos los países están estancados o en
regreso. Los últimos indicadores muestran que una buena parte del continente
africano está creciendo.
Y cuando se habla de
guerra también conviene hacer algunas precisiones y distinguir lo que es conflicto,
guerra e inestabilidad.
Se habla de conflicto
cuando dos o más individuos, grupos sociales, conjuntos ideológicos o naciones
entran en confrontación y emprende acciones mutuamente contrarias con el
objetivo de neutralizar o eliminar la parte rival. Un conflicto puede ser
verbal, ideológico, político o bélico.
La guerra es la forma
del conflicto más violenta que supone una confrontación armada entre dos grupos
humanos o dos naciones. El objetivo de una guerra suele ser el control del
poder, de los recursos naturales o humanos, la dominación del otro o la
destrucción del enemigo. La guerra es siempre una prolongación del conflicto.
Puede haber conflicto sin guerra pero no hay guerra sin conflicto.
En este sentido, no se
puede hablar, a ciencia cierta que haya algún país sin conflicto. Los
conflictos son algo habitual en todos los colectivos. Otra cosa diferente es la
manera con la que se aborda cada conflicto. Muchos de los conflictos del mundo
están latentes, otros completamente abiertos. Pero eso no significa que cada
conflicto vaya a generar una guerra.
Se habla de
inestabilidad en un país cuando las instituciones no garantizan una paz
duradera. En muchos casos, se trata de golpes de estado recurrentes, revueltas
sociales preocupantes etc.
En África, hay muchos
conflictos más o menos graves, guerras dormidas y guerras abiertas. En los
sucesivos análisis que iniciamos, nos dedicaremos a tratar las guerras latentes
y abiertas, dejando otros tipos de conflictos para ser tratados de forma
separada.
De antemano, hay que
decir que sobre los 54 países oficialmente reconocidos en el continente
africanos, solo7 están abiertamente en una guerra y 2 tienen una guerra dormida.
Lo que significa que más de 45 países africanos pueden tener una cierta
inestabilidad socio-política, en un conflicto más o menos preocupante pero no
están en guerra.
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