Situación
del cristianismo en África.
Antes
de todo, tenemos que recordar que África es un continente compuesto de más de
54 países y centenares de tribus, lenguas, culturas y subculturas. Por tanto,
no es una región homogénea tanto al nivel geográfico, político, cultural y
religioso. Tan es así que para hablar de la iglesia en África, es importante
precisar de qué parte del continente se está hablando.
África
se puede dividir en tres partes en cuanto a la situación de la Iglesia: El Magreb (Argelia, Marruecos, Libia,
Túnez etc.), El Sahel, la África
intermediaria entre el norte y el sur (Mauritania, Mali, Níger, Nigeria, Chad,
Sudán etc.) y África sub-sahariana
(todo el resto, es decir, el centro y el sur).
Según
te encuentras en una parte u otra, la situación de la Iglesia es diferente. No
es lo mismo la iglesia en Argelia que en Angola; ni es lo mismo la iglesia en
Nigeria que en Burundi. Las tres regiones presentan tres modos diferentes de vivir
el cristianismo.
Por
lo que se refiere a la persecución,
conviene también definir este término para no caer en confusiones. Si se
entiende por persecución, el conjunto de medidas oficiales tomadas por un poder público para impedir la
profesión de fe cristiana a los ciudadanos, no se puede decir rotundamente que
hay persecución de la Iglesia en África de manera general. Pero si persecución
significa el conjunto de obstáculos más o menos apoyados por los poderes
públicos para impedir la expansión del cristianismo o la influencia de la Iglesia
en la vida política y social, se puede hablar de persecución de manera visible
en el África sahariana y de manera invisible en algunos otros países del sur.
1. Los países magrebíes.
Todos
los países del Magreb son casi enteramente musulmanes. La tradición cristiana
desapareció con la expansión del Islam en el siglo séptimo. De paso, borró por
completo todo un esplendor religioso de los primeros siglos de nuestra era. Hay
que recordar que allí vivieron los grandes padres de la Iglesia, teólogos y
santos como Orígenes, Tertuliano, San Atanasio, san Cipriano, San Agustín etc.
En aquellos siglos, la iglesia del norte de África era un referente en la toma de
decisiones de la iglesia universal. Muchos concilios y sínodos se celebraron en
estas tierras.
El
Islam llega al Magreb en el siglo VII. En aquella época, se destruye Cartago y
se expulsa a los bizantinos. Los habitantes están forzados a abandonar el lugar
o a convertirse al islam. A finales del siglo VII, ya todo el Magreb era
musulmán. Desde entonces, el cristianismo no ha vuelto a ocupar un lugar destacado
en estas tierras. Sin embargo, en algunos países, quedaron pequeñas comunidades
coptas como en Egipto, generalmente, toleradas. Ahora, con el resurgimiento del
integrismo islámico, esas comunidades minoritarias tienen más dificultades para
sobrevivir.
Con
la colonización, algunos misioneros volvieron a intentar evangelizar el lugar
pero no consiguieron arrancar el Islam de los corazones de sus habitantes.
Cuando finalizó la colonización, quedaron comunidades cristianas muy pequeñas.
En la actualidad, se estima que existen unos 400.000 cristianos en Túnez,
Argelia y Marruecos sobre un total de 85 millones de habitantes, lo que quiere
decir que un 98% son musulmanes.
Las
constituciones de estos países garantizan teóricamente la libertad religiosa.
Sin embargo, entre la presión de los grupos fundamentalistas, la cultura
altamente musulmana y el miedo generalizado a todo lo que viene de Occidente la
fe cristiana se vive con discreción y, a veces, sometida a una cierta
persecución.
En muchos países de esta zona, el
Islam es la religión del Estado: Argelia, Marruecos, Túnez y Mauritania (al
igual que ocurre en otros países como Yibuti, Comoras o Sudán). Como explica el
Mundo Negro de marzo de 2015, "en algunos de ellos, como Sudán y
Mauritania, la conversión a otra religión distinta del Islam se califica como
apostasía y es un delito que puede ser castigado severamente. En otros, como
Marruecos y Argelia, las autoridades limitan la posibilidad de cambiar de
religión. En Libia, aunque no hay ninguna ley que lo prohíba, la conversión
puede significar arriesgarse, incluso, a ser detenido".
La
mayoría de los cristianos en esos países son extranjeros (cooperantes,
empresarios, trabajadores de fábricas, estudiantes, ONGs). Los autóctonos son
muy pocos y casi invisibles. La conversión al cristianismo está mal vista socialmente,
cuando no está expresamente prohibida o es directamente reprimida. Me contaba
un amigo misionero que es casi imposible encontrar una Biblia las bibliotecas
de esos países. Los estudiantes que quieren hacer alguna investigación sobre la
Biblia, acuden a la casa de los misioneros y la leen a escondidas.
Los
misioneros no se atreven a hablar abiertamente de Jesucristo. Muchos optaron
por una presencia activa pero callada. Gestionan los orfanatos, las residencias
de ancianos, los hospitales, etc. Es para ellos, la única manera de testimoniar
del Evangelio sin necesidad de predicar.
"Los
seguidores de Jesús en estos países viven en clandestinidad, bajo nombre,
cultura y tradiciones
musulmanes..., o fuera de la tierra en la que nacieron. Aunque las leyes
garanticen la libertad religiosa, en muchas ocasiones, se impone la
tradición: las comunidades católicas son toleradas,
pero el anuncio explícito de Jesús, las catequesis o las celebraciones en medio de la sociedad
son algo inconcebible. Esta realidad se traduce en obstáculos y dificultades
para aquellos que quieren vivir
su fe fuera del islam... "
En
los últimos años, los evangélicos y pentecostales americanos intentaron
impulsar la evangelización. Pero, la policía les detiene y les expulsa. Está
prohibido enseñar el cristianismo a los autóctonos.
Siempre
que hay alguna revuelta social, las minorías son el chivo expiatorio. Tan es
así que en los años 1990, muchas iglesias de Argelia fueron blanco de los
atentados, y en ese contexto se produjeron los asesinatos de los monjes
trapenses etc. En la actualidad, los coptos de Egipto son víctimas de los
insurgentes hermanos musulmanes. Muchas de sus iglesias están destruidas.
En resumen,
oficialmente se tolera el cristianismo en la Constitución. Pero socialmente, se
lo reprime y en la práctica, no se tolera ninguna conversión.
2. La iglesia en los países del Sahel.
En
estos países, salvo algunos casos, el norte es mayoritariamente musulmán y el
sur, predomina el cristianismo. En muchos casos, las dos religiones tienen una
buena representación en las instituciones y la cohabitación es bastante buena.
Las constituciones garantizan la libertad religiosa. Podemos citar el caso de
Costa de Marfil, Chad etc. Pero hay otros casos en los que los enfrentamientos
son muy constantes. Los países que colindan con el Magreb tienen una mayoría
musulmana y, a medida que te vas desplazando hacia el sur aparece una mayor
presencia cristiana que, en casos, es fuertemente predominante.
Las estimaciones de musulmanes y
cristianos en algunos países son las siguientes:
Costa de Marfil:
34% cristianos y 27% musulmanes
Niger: 94%
musulmanes
Burkinafaso: 60%
musulmanes y 23% cristianos
Benin: 35%
cristianos y 24% musulmanes
Nigeria: 50%
cristianos y 50% musulmanes
Camerún: 69%
cristianos y 35% musulmanes
Chad: 55%
musulmanes y 35% cristianos.
Los
enfrentamientos religiosos vienen motivados, en general, por los grupos
integristas que quieren imponer la ley islámica en el norte y luego extenderla a
todos. En este caso, no es fruto de una política nacional de represión
contra la Iglesia cristiana sino que tiene origen en el espíritu
fundamentalista de algunos grupos minoritarios musulmanes. Tan es así que esos
grupos no dudan en emprender conflictos incluso contra la población musulmana
moderada.
En Mali por ejemplo, los
jihadistas del Mujao, AQMI etc. no luchan contra los cristianos sino contra un
estado que mayoritariamente es musulmán. En Nigeria, el grupo integrista Boko
Haram no es representativo ni de las instituciones públicas ni de los
musulmanes en general. Allí, este grupo quiere imponer la Sharia en todo el
norte de Nigeria mayoritariamente musulmán.
Estos
grupos de extremada radicalización y fuerte brutalidad más que representar
religión alguna son el paradigma de la instrumentalización de la religión para
fines distintos a la misma.
3. Los países del sur.
Globalmente,
la libertad religiosa está garantizada en todos los países del sur. No hay
ningún caso donde realmente se puede hablar de persecución abierta. La
evangelización es libre; las asambleas están permitidas; las conversiones no son
objeto de polémicas. Allí el Cristianismo es mayoritario pero también
dependiendo de países, el Islam tiene una representación significativa.
Sin
embargo, aunque no se pueda hablar de persecución, existen, en algunos países,
mecanismos, motivados por los poderes públicos, para acallar la voz de la
iglesia mediante la prensa, las intimidaciones e incluso cárceles o ejecuciones
extra-judiciales. Pero, esto se hace de forma selectiva contra algunos dirigentes
eclesiales y no contra los cristianos en general. En otros casos, se utiliza la
división étnico-regional dentro de los sacerdotes y obispos, o la división
religiosa entre las diferentes confesiones cristianas, favoreciendo a las
sectas, más fáciles de corromper. Corrompiendo a la cúpula, se consigue el
silencio cómplice de la Iglesia. El origen de esta actuación es el miedo de ver
la iglesia alzar la voz contra las violaciones de los derechos humanos, la
corrupción, la dictadura, el hambre y la pobreza, etc.
En
muchos países, poco a poco, la iglesia se ve arrinconada, mermada y acallada.
No se atreve a denunciar la situación lamentable en la que se encuentran los
ciudadanos. Algunos curas o pastores se “arriman” al poder para aprovecharse de
los favores a cambio de su complicidad o su silencio. De repente, los pocos que
se atreven a denunciar las injusticias, se encuentran aislados y se convierten
en un blanco fácil del poder. ¿Cómo se puede llamar a esto?... ¿persecución?,
¿corrupción? ó ¿falta de valentía?
Dónde
hay guerras en esta parte de África, no se trata de guerras de religión. En la
mayoría de casos, se trata de guerras étnicas o regionales. El genocidio de
Rwanda no fue dirigido contra la iglesia de manera particular ya que la mayoría
de los hutus y tutsis eran cristianos. Sin embargo, en Rwanda murieron obispos,
sacerdotes y religiosas. Pero, aunque su muerte tenga que ver, de alguna
manera, con su estatuto de religiosos, no fueron asesinados por ser cristianos
sino por pertenecer a una etnia u otra.
La
guerra de Congo tampoco tiene nada que ver con la religión. Lo mismo ocurre
actualmente en el Sudán del sur donde los enfrentamientos oponen a los nueres y
los dinkas, todos ellos cristianos.
Estadística:
- sobre
54 países africanos, 31 son de mayoría cristiana frente a 21 de mayoría musulmana.
- 46% de
los africanos son cristianos, frente a 40% musulmanes.
- Cada
año, se bautiza a más de 3.000.000
de nuevos cristianos en África.
El caso de Nigeria.
Merece
la pena estudiar el caso de Nigeria aparte porque es muy llamativo y difiere
enteramente de los demás países.
Nigeria
es un país federal y el más habitado de África. Tiene casi 160 millones de
habitantes de los cuales la mitad son cristianos y la otra mitad musulmanes. El
norte es mayoritariamente musulmán y el sur, mayoritariamente cristiano.
Durante décadas, las dos religiones vivieron en paz sin enfrentamientos. El
islam nigeriano es, de manera general, tolerante.
El
problema de Nigeria se sitúa básicamente en el reparto desigual de los recursos
naturales y la corrupción política. Por un lado, el sur tiene la mayor
concentración de recursos petrolíferos y dispone de las mejores
infraestructuras. El norte está un tanto descuidado. Por otro lado, el país ha
sido siempre dirigido por dictadores corruptos hasta muy recientemente. La
corrupción se instaló en el corazón mismo de la administración y de todos los
estratos sociales.
Boko
Haram nace en el año 2002 creado por Mohamed Yusuf. Inicialmente, Mohamed Yusuf
tenía reivindicaciones sociales y económicas. Empezó criticando la corrupción de
la sociedad. Para ganar adeptos, se dedicó a construir escuelas y mezquitas en
el norte. Muchos musulmanes le siguieron viendo en él a un leader religioso
íntegro.
Todo
cambia en el año 2009. El ejército ejecuta a Mohamed Yusuf de manera
extrajudicial y mata a más de 700 seguidores en unos enfrentamientos
sangrientos. A partir de allí, el grupo se radicaliza. Desde este momento, los
radicales recuperan el movimiento y lo transforman en un grupo integrista con
fines exclusivamente religiosos. Empiezan a quemar las iglesias, poner bombas
en las asambleas de los cristianos y a ejecutar a todo musulmán que se opone a
sus objetivos. Quiere controlar los estados federales del norte e imponer la
ley islámica a todos.
En
la actualidad, Boko Haram que significa "La educación occidental es pecado", es un grupo terrorista
peligroso pero no representa a los musulmanes nigerianos. La inmensa mayoría de
los musulmanes nigerianos se oponen a sus métodos y objetivos.
Los cristianos
del norte de Nigeria aguantan la brutalidad de esta secta con valentía. Muchos
ya han pagado con su sangre, pero se resisten a convertirse en musulmanes y
mucho menos a ser miembros de Boko Haram.
Los casos de Sudán y la República Centroafricana.
En
cambio la situación de Sudán es diferente. Este país cuenta con un norte
enteramente musulmán y un sur completamente cristiano y animista. En 1983, el
gobierno de Niemeri quiso imponer la ley islámica a todo el país, lo que desató
una sangrienta guerra de secesión que duró más de 20 años. El sur cristiano
consiguió organizar un ejército (SPLA) y enfrentarse al norte durante décadas.
Las potencias se interpusieron por motivos económicos. En este caso, el
conflicto religioso fue claramente alimentado por los poderes públicos.
Al
final, no hubo ni vencedor ni vencido. La ONU aceptó la división del país en
dos. En la actualidad, Sudán del norte es musulmán y prohíbe toda conversión al
cristianismo y Sudán del sur ve con malos ojos a los musulmanes. En cambio, la
guerra que está teniendo lugar ahora en el Sudán del sur no tiene nada que ver
con las religiones.
En
la República Centroafricana, también estamos ante un escenario similar. El
norte está poblado por musulmanes aunque minoritarios con respecto al conjunto
del país; consiguieron armarse y crear un movimiento llamado Seleka. En
diciembre de 2012 atacaron el gobierno central y en marzo de 2013, deshicieron
al ejército nacional y ocuparon el poder. Saquearon todos los bienes de la
iglesia creando de paso un conflicto religioso que realmente no existía.
Para
defenderse, muchos jóvenes, ayudados por el antiguo ejército, se constituyeron
en milicias de auto-defensa llamadas "anti-balaka". Empezaron una
limpieza en toda regla de todo lo que tuviese relación con lo musulmán. Ahora,
después de perder el poder por presiones de Francia y los países vecinos, los Seleka
amenazan con dividir el país en dos con un norte musulmán y un sur cristiano.
La situación es tal que donde dominan los anti-balaka, se persigue a los musulmanes;
y donde controlan los Seleka, se molestan enormemente a los cristianos.
En
resumen, en esta parte de África, hay incertidumbre de
los cristianos en muchas regiones por la presión de los integristas. Cuando los
estados son frágiles y poco organizados, los fundamentalistas aprovechan para
sembrar el terror. Donde hay estructuras fuertes del Estado, la cohabitación es
bastante buena.
Gaétan Kabasha.
Conferencia
dada a Torremocha de Jarama, agosto 2014
El trabajo es un buen análisis de la religión católica en África, exhaustivo y profundo, dotado de visión de conjunto, así como de las vicisitudes a las que está sometida y su competencia con la religión musulmana.
ResponderEliminarMuchas gracias al blog por la información ha logrado aclararme ciertas ideas sobre la religión, no olvidemos orar para pedri por nuestra familia.
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