La República centroafricana lleva dos años inmersa en una crisis sin precedente que llevó por delante todas las instituciones, la administración territorial, el aparato jurídico, los servicios de seguridad (policía y ejército). Poco poco, el país escapó a una limpieza religiosa entre musulmanes y cristianos. Se ha llegado a hablar de un Estado fallido en vías de desaparición.
Ahora, el gobierno de transición está preparando un foro de reconciliación nacional para volver a formar un país capaz de poner en común algunos principios de convivencia. Los delegados del gobierno pudieron circular en el interior del país escoltados por los cascos azules para escuchar la población y preparar el terreno. Todos están listos para este gran foro.
Sin embargo, los observadores se plantean el mismo problema: ¿no será este foro como los foros anteriores que no consiguieron nada? Hay que recordar que la República centroafricana lleva décadas de crisis en crisis y de foros en foros. Siempre hay acuerdos de reconciliación que acaban en papel mojado.
Muchos centroafricanos temen que este nuevo foro se convierta en un espacio para garantizar la impunidad, bendecir los crímenes hechos, rehabilitar a los dos ex-presidentes (Bozizé y Djotodia). Si es así, no servirá para poner cimientos fuertes de una verdadera convivencia nacional.
Las autoridades de transición aseguran que el foro no será un lugar para el reparto de la tarta nacional y para obstaculizar la justicia. Quieren que sea un lugar de diálogo sobre las futuras elecciones, la puesta en marcha de la administración del Estado en todos los rincones, la vuelta a casa de los refugiados, la reconciliación entre los musulmanes y los cristianos así que la reconstrucción del ejército nacional.
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