Análisis
Las últimas dificultades vencidas fueron las que se
refieren al nombramiento de los dirigentes del foro. La presidenta de
transición había hecho público algunos nombres que fueron rechazados de plano
por la mayoría de los protagonistas, como fue el caso de Jean Jacques Demafouth.
En definitiva, el foro estará dirigido técnicamente
por la ministra de la salud, Marguerritte Samba. Los musulmanes estarán
representados por el imam Siliou; las iglesias protestantes por el pastor
Guerekoyama y la iglesia católica por el mismísimo arzobispo de Bangui, Dieudonné
Nzapalainga. La encargada de preparar el foro, Epaye Beatrice estará en el comité
que preside como tercera vicepresidenta. Todos están esperanzados y preparados
para el gran encuentro.
No es la primera vez que se hace este tipo de
encuentro en Centroáfrica y que, al final, no se respetan las conclusiones y
los pactos hechos. En 2003, después del golpe de Estado, el general Bozizé
organizó un diálogo nacional que acabó poniendo en marcha un comité de verdad y
reconciliación. La presidenta actual Samba Panza era la encargada de llevar a
cabo las conclusiones del dicho diálogo. Sin embargo, por falta de voluntad
política, nada se hizo. La situación actual del país es parte de los errores y
las negligencias del pasado. Como en muchos países de África, los acuerdos no
se cumplen y los pactos escritos no tienen tanto valor como en los países con
una larga tradición de convenios firmados. Por ello urge que los juristas,
combinando tradición y modernidad, encuentren una fórmula que de fuerza real y
efectiva a los acuerdos tomados.
Las
claves de la crisis centroafricana.
Para entender el problema de Centroáfrica, es
importante tener un análisis global de la situación. Lo que parecía en un
primer momento un conflicto político se fue transformando en un conflicto
religioso mezclando de paso otros elementos nuevos. No se puede entender ahora
el conflicto en curso sin tener en cuenta todos ellos. Empecemos esclareciendo
estos ingredientes del puzle.
Los seleka:
“Seleka” significa “alianza o matrimonio” en la lengua
nacional Sango. En diciembre de 2012, cuatro grupos rebeldes del Nordeste de
Centroáfrica se unieron en este movimiento. Todos ellos eran de corte musulmana,
religión muy minoritaria en ese país. El objetivo era derrocar al general
Bozizé. Consiguieron unir a mercenarios del sur de Chad y del Darfúr (Sudán)
acostumbrados a saquear y matar sin compasión. En muy poco tiempo, consiguieron
deshacer a los FACA (Fuerzas Armadas Centroafricanas) fieles al presidente
Bozizé. En su paso, destruyeron los edificios públicos, quemaron los registros
civiles de los ayuntamientos y saquearon las iglesias cristianas. En marzo de 2013,
tomaron la capital Bangui y el general Bozizé huyó. El país cayó entre las
manos de hordas de gente que pusieron “patas arriba” desde la capital hasta los
rincones más remotos de ese inmenso país. Mataron, violaron, saquearon, etc. Durante
meses, se hicieron dueños y señores del pueblo.
Con la dimisión forzada del auto-proclamado presidente
Djotodia en enero 2014, después de 10 meses de gobierno, los Seleka se
retiraron de la capital y optaron por ocupar la parte nordeste del país
estableciendo su estado mayor en Bambari. Poco después, se dividieron en grupos.
En la actualidad se cuentan tres grupos de Seleka entorno a hombres fuertes. En
sus zonas de ocupación, explotan las minas de oro y de diamante sin que el
estado tuviera acceso a los beneficios de estas riquezas.
Los
anti-balaka:
En realidad la expresión “anti-balaka” viene de una
palabra francesa "anti-balle AK" que significa "contra las balas
del fusil llamado AK47". Estos son grupos de auto-defensa que surgieron en
los años noventa para luchar contra los salteadores de camino en los pequeños
pueblos. Eran como milicianos paramilitares. Con la llegada de Seleka, se
volvieron a constituirse para defender a sus familias y pueblos contra los matonesde
Seleka. Sus armas son sencillas: machete, rifles de caza, flechas y amuletos de
la creencia tradicional. Antes de atacar al enemigo, se entregan a unas
prácticas tradicionales, beben pócimas mágicas con el fin de protegerse contra
el veneno o las balas. De hecho están convencidos de que ninguna bala les puede
atravesar. Eso explica en parte su valentía en los combates.
La entrada de los Anti-balaka en el panorama del
conflicto centroafricano, cambió los parámetros. Llegaron a echar a los Seleka
de muchas localidades y de paso, mataron indiscriminadamente a todos los
musulmanes. De repente, lo que era una auto-defensa se convirtió en una
limpieza religiosa. Mataron a miles de civiles musulmanes confundiéndolos con
los Seleka. Lo que era un conflicto políticofue entonces deslizándose hacia una
guerra civil de tinte religioso.
En la actualidad, los Anti-balaka son una confusa nebulosa
con múltiples tendencias y jefes. Nunca existieron como movimiento homogéneo
por lo que su control es mucho más difícil. Los jefes reconocidos aceptan ir al
foro nacional.
FACA:
Estos son los militares del antiguo ejército nacional
deshecho por los Seleka. Cuando los Seleka tomaron el poder, prometieron
integrarlos de nuevo. Pero estos nunca tuvieron la confianza con el nuevo
poder. Los que se manifestaron fueron tratados con desprecio o matados. Sin
embargo, entre ellos, hay quienes tienen un buena formación y merecen sus
grados mientras que los Seleka se auto-otorgaron grados de general, coronel
etc. sin siquiera saber leer y escribir. La mezcla de estos dos ejércitos era
prácticamente imposible. No quedaba más opción que esconderse esperando los
tiempos mejores.
Cuando los Anti-balaka empezaron a acosar a los Seleka,
se incorporaron poco a poco los FACA empezando por los antiguos guarda-espaldas
del ex-presidente Bozizé, más odiados por Seleka. Entonces, el conflicto fue
cambiando de actitud. Los Anti-balaka dejaron de ser los campesinos provincianos
que luchaban con sus machetes para convertirse en verdaderos militares que hacían
la vida difícil a los Seleka con armas de guerra.
Con la llegada de Samba Panza al poder como presidente
de transición y la retirada de los Seleka, el gobierno intentó reformar al
ejército pero nunca pudo poner en marcha su operatividad efectiva. Por una
parte porque la ONU decretó un embargo contra las armas en Centroáfrica y por
otra porque se teme que rehabilitando enteramente el ejército antiguo, se puede
volver a las repetitivas crisis de carácter tribal.
En la actualidad, la Unión Europea ha puesto en marcha
una operación de formación de un nuevo ejército nacional que sustituirá al
antiguo. Sin embargo, nadie sabe muy bien si se partirá de la base de los FACA
existentes o si se va a hacer todo nuevo. ¿Qué harán con los Seleka?
Las milicias
cristianas:
Durante un tiempo, se oyó mucho en la prensa
internacional hablar de las milicias cristianas. Es importante aclarar que esas
milicias no existen. Nunca las iglesias cristianas se han organizado para
luchar contra los musulmanes. Al contrario, los dirigentes cristianos y
musulmanes se reúnen constantemente en todas las regiones para encontrar juntos
los caminos de paz. El arzobispo de Bangui, Nzapalainga, junto con el imam de
la gran mezquita de Bangui, Layama, se mueven por todo el país para calmar los
ánimos y hacer un llamamiento a la paz.
Sin embargo por desconocimiento, se suele confundir los Anti-balaka con
los cristianos. Pues como se ha dicho arriba, los Anti-balaka no luchan en
nombre de ninguna iglesia. Empezaron su lucha para proteger sus bienes y
pueblos. Además, los Anti-balaka son una mezcla de cristianos de todo tipo
(católicos, protestantes, sectas) con los animistas. Sus métodos son más bien
animistas que cristianos. No rezan antes de atacar sino que hacen prácticas
paganas y contrarias al Evangelio. En resumidas cuentas, las milicias
cristianas no existen en Centroáfrica.
Las milicias
musulmanas:
Tampoco existen. Nunca los musulmanes en conjunto se
han declarado en guerra contra los cristianos. Centroáfrica ha sido siempre un
país donde las diversas religiones convivían sin grandes problemas. Es verdad
que los musulmanes siempre se han visto como mayoritariamente de origen
chadiano, es decir, extranjeros. Pero en la vida cotidiana, no había enfrentamientos
que podían hacer pensar en una guerra religiosa. Si hoy se habla de guerra
religiosa, es porque los Seleka son mayoritariamente musulmanes. Por
asociación, los enemigos de Seleka se convierten en los enemigos de los
musulmanes. Por tanto, las milicias musulmanas no existen.
Entonces, ¿Se
puede hablar en Centroáfrica de un conflicto religioso?
La repuesta puede ser afirmativa y negativa a la vez.
Respuesta afrimativa porque los Seleka, que son
mayoritariamente musulmanes, atacan exclusivamente a los no musulmanes. Y los Anti-balaka
que son una mezcla de todos los enemigos de Seleka, atacan exclusivamente a los
musulmanes. Entonces, los cristianos y los musulmanes se encuentran en un
conflicto que no han creado ellos. Poco a poco, se fueron creando zonas de
exclusión donde un musulmán no llega o donde un cristiano no puede pasar. El
conflicto que era inicialmente político, se ha ido convirtiendo en un conflicto
religioso.
La respuesta es también negativa porque ni los Seleka
representan a todos los musulmanes ni los Anti-balaka representan a todos los
cristianos. Muchos musulmanes quieren vivir en paz con los cristianos y viceversa.
Además, casi todos los líderes religiosos de ambos grupos están llamando a la
reconciliación. Si no hubieran trabajado juntos por la paz, no se habría podido
evitar un baño de sangre en todo el país. Por otra parte, los Anti-balaka son
más bien animistas en la práctica, aunque muchos de sus miembros hayan recibido
el bautismo cristiano. Lo que hay en Centroáfrica es un conflicto generado por
los Seleka al que responden todos los que no son Seleka. Resulta que los Seleka
son mayoritariamente musulmanes y la mayoría de los que no son Seleka, son
cristianos. Pero existen muchos musulmanes que, aún siendo simpatizantes de Seleka,
no son beligerantes ni anti-cristianos. También existen muchos cristianos que,
aún entendiendo la lucha de los Anti-balaka, no son ni guerreros ni
anti-musulmanes.
Hay otro elemento que se suele olvidar: es que en
muchas familias centroafricanas, hay musulmanes y cristianos. Los chicos
musulmanes se casan con las chicas cristianas de manera ordinaria sin que ello
cree un conflicto cultural de relieve.
¿Cuáles son
las fuerzas internacionales sobre el terreno?
MINUSCA: Son los cascos azules de la ONU. Son militares de
distintos países que fueron enviados por el Consejo de Seguridad para sustituir
a la fuerza de la Unión Africana (MISCA) e intentar estabilizar el país. Su
número tendrá que alcanzar 12.000 hombres pero de momento son menos. Gracias a
su presencia, se ha podido restablecer la administración en muchos sitios y
mantener un mínimo de seguridad en algunas ciudades y carreteras.
Francia: Desde el 5 de diciembre de 2013, Francia ha
desplegado 1.600 militares con el mandato de la ONU.En primer lugar, no habían
contado con los Anti-balaka en la capital. Pensaban desarmar a los Seleka y
estabilizar la capital en poco tiempo. En el mismo día que llegaron, los Anti-balaka
atacaron la capital. Murieron muchas personas.
La presencia de las tropas francesas ayudó a evitar
una limpieza de proporciones desconocidas en la capital Bangui.
En la actualidad, su número está mucho más reducido
pero siguen operativas junto con la fuerza de la ONU.
EUFOR: Son tropas de la Unión Europea. Esta operación fue
decidida para apoyar a Francia en su misión de mantener la paz en Centroáfrica.
Llegaron a superar ligeramente 750 personas de más de 16 países entre ellos
España.
Su presencia ayudó a tranquilizar a la gente y gracias
a su experiencia y su imparcialidad, la capital está mejor asegurada y las
instituciones del Estado pueden funcionar.
En la actualidad, EUFOR está acabando su misión. Los
países europeos acordaron reducir el contingente a un pequeño número que se
encargará de formar al nuevo ejército nacional. España mantendrá allí a 17
efectivos dedicados a este cometido. La nueva misión se llama EUNAM.
La
superposición de los conflictos en Centroáfrica.
La crisis actual de la
República Centroafricana merece
una reflexión mucho más profunda para entender las raíces que llevaron ese país al borde del
abismo. Una mirada superficial no es suficiente para explicar lo que está
pasando. Las matanzas indiscriminadas fruto de una violencia ciega no pueden
desencadenarse por un hecho casual. La verdad es que en ese país, no hay un
conflicto sino una superposición de conflictos, unos relacionados con otros,
algunos siendo consecuencia de las malas o nulas soluciones de otros. Los
analistas saben bien que toda guerra civil es siempre el resultado de todo un
proceso de hundimiento de la sociedad, de un gran fracaso, fruto de una
sucesión de conflictos no atendidos ni resueltos. En el caso de Centroáfrica,
se puede nombrar al menos seis conflictos. Los veamos uno por uno.
- Conflicto político-social.
La República Centroafricana lleva más de cincuenta años de
independencia. Durante todo este período, ha tenido seis presidentes, todos
dictadores e ineficaces, unos más sanguinarios que otros, todos oportunistas.
Los centroafricanos suelen decir que el mandato de cada dictador es de diez
años para dejar sitio a otro después de un baño de sangre. El país lleva todo
el tiempo de la independencia en turbulencias políticas y sociales. Nunca tuvo
momentos de paz y prosperidad. El resultado de todo es la clase política corrupta
y oportunista; falta de patriotismo por parte de la elite intelectual;
corrupción generalizada, falta de proyecto nacional. Nos encontramos ante un
estado fallido dentro de un país más grande que España sin carreteras ni otros
tipos de infraestructuras. La sanidad y la educación por los suelos, el hábitat
en un estado semejante al de antes de la colonización y un pueblo en permanente
frustración. Cada diez años, viene un dictador sin otra visión que llenar sus
bolsillos a costa de sus ciudadanos.
Este conflicto politico-social engendró un estado
permanente de vacío moral en la cúspide del Estado y una existencia regular de
diversas rebeliones en el norte. El estallido de todo ello, dio lugar a lo que
estamos viendo: un estado en vías de desaparición. Todos los conflictos
posteriores tienen su origen en este hundimiento generalizado del estado. En la
base, una sociedad totalmente desarticulada y sin un proyecto vital unitario
con proyección de futuro y una desconfianza hacia las instituciones.
- Conflicto Bozizé - oposición.
Cuando el general Bozizé tomó el poder con las armas
en 2003, el pueblo le acogió como libertador. Fue aclamado en todos los
rincones del país por haber echado a un demagogo llamado Patassé. Decía en los
primeros meses que venía a arreglar las cosas, organizar las elecciones sin
presentarse en ellas. La gente le creó. Pero, al cabo de poco tiempo, cambió de
postura. Se convirtió en un déspota. Hizo del Estado un coto privado para él y
sus familiares. Organizó las elecciones a su manera, siendo elegido de
ante-mano y llenó el parlamento de sus parientes.
Lo peor fue humillar de manera constante a la
oposición democrática. Todos los que no decían lo mismo que él fueron
completamente ignorados y despreciados. Esto fue su gran error.
No sorprendería que algunos miembros de la oposición
democrática se hayan aliado con los rebeldes para derrocarle. Si Bozizé hubiera
tenido en cuenta los clamores de los opositores, distendiendo el ambiente,
habría gobernado durante mucho tiempo. Este conflicto fue clave en la caída del
general en marzo 2013.
- Conflicto Seleka contra todos.
La región del norte-este de la República Centroafricana está poblada de dos
etnias (Runga y Goula), todas mayoritariamente musulmanas. Es una región
olvidada durante mucho tiempo. Durante la mitad del año, la lluvia corta toda
comunicación. Las autoridades nacionales van allí de vez en cuando para
recaudar impuestos pero el pueblo no ve nada a cambio. Las escuelas y los
hospitales no funcionan. La administración es casi inexistente.
La falta de presencia estatal en esta región y la
cercanía con la frontera del turbulento Darfúr (Sudán) favorecieron una
proliferación de grupos armados, incontrolables. Esos grupos reclutan con
facilidad en Darfúr y en el sur de Chad sin que nadie se les impida.
Seleka nació en este ambiente de querer reivindicar
sus derechos como región descuidada y como minoría musulmana. En un primer
momento, los dirigentes de Seleka no pensaban llegar a Bangui (capital) y tomar
el poder. No creían en sus capacidades militares y políticas. Pero, la
desagregación del ejército nacional, el estallido del Estado, la corrupción
generalizada y el descontento de una parte de la población abrió milagrosamente
el camino a esos guerreros musulmanes hacia el poder. No encontraron
resistencia. De repente, se dieron cuenta de que podían hacerse con el poder
que estaba prácticamente en la calle.
En su avance, fueron improvisando. No tenían un
programa político ni ejército capaz de mantener la seguridad ciudadana. Fueron
cogiendo en el camino a todo tipo de aventureros y delincuentes que se añadían
a los mercenarios del Darfúr y Chad. El resultado fue un caos indescriptible al
que sumergieron al país: saquearon los bienes de los cristianos, violaron las
mujeres, mataron en toda impunidad. Su llegada al poder fue el colmo de la
crisis centroafricana y el inicio de un ciclo de violencia que se arrastra
hasta hoy.
- El conflicto Anti-balaka contra Seleka.
Viendo las vejaciones a las que los Seleka estaban
sometiendo a los pueblos enteros, los jóvenes de algunas regiones
reaccionaron. En un primer momento, fue una reacción espontánea de
auto-defensa. Armados de fusiles de caza, de lanzas y machetes y con una fuerte
creencia en las prácticas mágicas tradicionales, los jóvenes empezaron a luchar
contra los Seleka. El pueblo no podía más que aclamar su valentía y su
presencia.
Los Anti-balaka no son una milicia cristiana. Son una
mezcla de todos los que se oponen a Seleka. Dentro, puedes encontrar a los
católicos, protestantes, sectarios, animistas etc. Llamarles una milicia
cristiana es un atajo fácil. Aunque la mayoría de ellos sean cristianos, no
están enviados por sus sacerdotes o pastores sino que obran más bien en anarquía total sin control
alguno y muchas veces, desoyendo la llamada a la moderación de sus líderes
religiosos.
De paso, se fueron añadiendo los antiguos militares de
Bozizé excluidos del nuevo poder Seleka. Su presencia en los rangos de la
rebelión convirtió a los Anti-balaka en una verdadera guerrilla urbana.
- El conflicto cristianos-musulmanes.
En Centroáfrica, los cristianos son más o menos 80% de
la población y los musulmanes 12%. Las dos religiones conviven bastante
pacíficamente desde décadas. Siempre ha habido pequeñas fricciones relacionadas
con el comercio pero nunca se había puesto en duda la convivencia social
cristiano-musulmán.
La llegada de los Seleka mayoritariamente musulmanes y
sus saqueos a los cristianos fue engendrando un resentimiento de miedo y de
rechazo. Muchos vieron en los Seleka un plan de islamización del país. El
levantamiento de los Anti-balaka convirtió este resentimiento en odio y
separación. Los Anti-balaka empezaron a confundir a todos los musulmanes con Seleka.
Se pusieron a matarlos indiscriminadamente. Los Seleka en represalias, se
pusieron a matar también a los cristianos. Lo que era un conflicto Anti-balaka-Seleka,
se fue transformando poco a poco en un conflicto cristianos-musulmanes. Esto
significa que si el conflicto anti-balaka-seleka se acabara, también se
acabaría automáticamente este otro de cristianos-musulmanes.
- El conflicto centroafricanos-extranjeros.
El conflicto arriba descrito, al convertirse en un
conflicto religioso, se ramifica lentamente en otros sectores de la vida
centroafricana. Es sabido que Chad (país vecino) ayudó a Seleka a tomar el
poder. Además, los chadianos son mayoritariamente musulmanes, es decir muy
próximos a de Seleka. De repente, los Anti-balaka ven a los ciudadanos de Chad
como cómplices de Seleka. En los enfrentamientos, los Anti-balaka atacan a todo
musulmán centroafricano como chadiano. Por otro lado, los militares chadianos que
vinieron en el marco de la fuerza africana,manifestaron cierta imparcialidad,
poniéndose del lado de los Seleka con los que hablaban la misma lengua (árabe)
y compartían la religión. Poco a poco, el conflicto típicamente centroafricano
se desplazó, y se amplió a los chadianos y a casi todos los musulmanes de otros
países. Finalmente, el gobierno de Chad unilateralmente retiró a sus tropas.
Los
desafíos del foro de reconciliación
El foro de reconciliación nacional que se prepara
tendrá que resolver muchos problemas o al menos poner las bases para una
convivencia pacífica de los centroafricanos.
1.
El desafío de
la convivencia.
El conflicto creó una fisura de gran tamaño entre los
cristianos y los musulmanes en todo el país. Muchos miles de musulmanes
salieron del país para refugiarse en los países vecinos. Actualmente, hay
refugiados centroafricanos en Chad, Camerún y Congo.
La hostilidad entre los Anti-balaka y los Seleka creó
una ruptura de tal magnitud que nadie sabe como volver a crear la confianza para
lograr una cohabitación pacífica. Solamente en algunos lugares, gracias a los
comités de mediación puestos en marcha por la Iglesia católica en los que se
encuentran los protestantes y los musulmanes, se consiguió evitar la
catástrofe. En Bangassou por ejemplo, ciudad de la región del este, se evitaron
los enfrentamientos religiosos gracias al trabajo arduo de los miembros de este
tipo de comités iniciados y apoyados por la diócesis de Bangassou cuyo obispo
es el español Juan José Aguirre.
Sin embargo, en muchos lugares, todavía hay
desconfianza.
El foro nacional tendrá que convencer a todos que la
única vía para construir Centroáfrica es aceptar que los musulmanes y los no
musulmanes tienen espacio en este mismo país.
2.
El desafío de
la justicia.
En un país donde siempre ha habido impunidad tanto
para los crímenes políticos como económicos, no es fácil hablar de justicia sin
tocar la cuerda sensible. Muchos de los dirigentes centroafricanos están
implicados en problemas enormes que llevaron el país a la ruina.
El pueblo clama por la justicia. Pero, ¿cómo
compaginar la reconciliación nacional con la justicia? ¿Qué hacer con los dos ex
presidentes Bozizé y Djotodia que se encuentran fuera del país pero con cierta
influencia en los grupos combatientes de dentro? La justicia será un reto
difícil de alcanzar ya que se tendría que empezar por muchos de los integrantes
del foro. Muchos seleka y muchos anti-balaka tienen las manos manchadas de
sangre.
Todos dicen que no habrá amnistía para los criminales
pero en la práctica nadie sabe cómo se alcanzará la justicia si ya se invita a
los mismos criminales a decidir sobre el futuro del país.
El gobierno acaba de publicar el decreto que instituye
el tribunal especial contra los crímenes. Estará integrado por 14 jueces
internacionales y 12 nacionales. Se prevé que este tribunal sea capaz de juzgar
a todos los criminales de guerra desde 2003 hasta 2015. El foro nacional tendrá
que apoyar la puesta en marcha de este tribunal.
3.
El desafío de
los dos ex - presidentes
Dos ex - presidentes se encuentran fuera del país. Por
un lado, el general Bozizé que gobernó el país desde 2003 hasta su
derrocamiento en marzo de 2013 se encuentra en Uganda. Muchos piensan que está
detrás de algunas facciones de los Anti-balaka. Por otro lado, Djotodia que
lideró a los Seleka hasta el poder en marzo de 2013 y salió bajo presión de los
países vecinos por su impotencia a restablecer la seguridad, se encuentra huido
en Benín. Muchos piensan que está apoyando algunas facciones de los Seleka.
El Consejo de Seguridad de la ONU publicó una lista de
algunos ex-dirigentes a los que puso sanciones por ser obstáculos a la paz y la
estabilidad de Centroáfrica. Entre ellos, se encuentran el general Bozizé y
otras figuras.
Hace poco, Bozizé y Djotodia firmaron un acuerdo en
Nairobi manifestando su buena voluntad y su mano tendida para alcanzar la paz.
Sin embargo, durante las consultas previas al foro nacional, muchos consultados
mostraron su rechazo a la presencia de Bozizé y Djotodia en el foro nacional. A
día de hoy, nadie sabe si participarán o no. En todo caso, el foro deberá fijar
el estatuto a otorgar a esos dos ex - presidentes por su importancia en la
estabilidad nacional.
4.
El desafío
económico.
Centroáfrica es un país inmensamente rico en sus
recursos naturales. Tiene diamante, oro, uranio, madera, hierro y petróleo. Sin
embargo esos recursos no están explotados de manera moderna. Las minas de oro y
de diamante están siendo explotadas manualmente por los grupos armados y no
benefician prácticamente a la economía nacional. En el nordeste, las minas de
Bria y Nzako ricas en diamantes están en manos de los Seleka igual que la mina
de oro de Ndassima cerca de Bambari. Las minas de diamantes de Carnot y
alrededores en el oeste del país se encuentran en manos de los Anti-balaka y
sus seguidores.
El uranio de Bakouma fue explorado durante años por la
empresa francesa AREVA pero nunca fue realmente explotada. En este momento,
está abandonada. El petróleo de Birao y del norte de Centroáfrica nunca fue extraído.
Por lo tanto, a pesar de las riquezas naturales,
Centroáfrica es uno de los países pobres con muy pocos ingresos y ampliamente
dependiente de las ayudas exteriores. A eso se añade el hecho de que la llegada
de Seleka supuso un saqueo generalizado de todas las tiendas y el cierre de las
pocas empresas que había en el país. La economía está por los suelos y la
recaudación es prácticamente nula.
El foro tendrá que resolver el tema de la economía que
no acaba de arrancar. Si un país no es capaz de resolver sus problemas económicos
no puede pretender ser independiente. Además, parte de los conflictos que
azotan Centroáfrica tienen origen en la pobreza y la falta de futuro de muchos
jóvenes.
5.
El desafía de
seguridad.
La proliferación de grupos armados sigue paralizando
el país. Con los esfuerzos de las tropas internacionales, se consiguió abrir la
carretera que conecta el país con Camerún para facilitar las importaciones.
También se consiguió recuperar los edificios públicos para la administración
central en las grandes ciudades. Pero mucho queda por hacer.
Las carreteras que cruzan el país siguen siendo
intransitables por la inseguridad. La carretera que une la capital Bangui con
el este (Bangassou) es altamente peligrosa a causa de la presencia de los Anti-balaka
por un lado y los Seleka por otro.
Por otro lado, muchas localidades están bajo el mando
de los señores de la guerra. La administración central del estado no está
todavía instalada correctamente y los pueblos pequeños sufren una inseguridad
constante a cada una de las acciones de los guerrilleros. En la propia capital,
hay barrios que siguen todavía sufriendo atracos nocturnos y robos de bienes
con total impunidad.
En relación a este problema, está el tema de los
desplazados. Muchos centroafricanos salieron del país hacia los países vecinos
y otros se desplazaron dentro del propio territorio. Unos huyeron de los Seleka
mientras que otros huyeron de los Anti-balaka. El foro tendrá que hallar una
manera de convencer a unos y otros que pueden regresar a sus casas y asegurar
que recuperen sus bienes y no tengan miedo de sus vecinos.
Además, habrá que poner en marcha los servicios de
seguridad en todo el territorio para dar seguridad a la población. La policía y
la gendarmería tienen que volver a funcionar normalmente.
6.
El desafío de
las elecciones.
Uno de los objetivos principales del foro es llegar a
un consenso mínimo para organizar las elecciones generales y salir de la
transición. Las instituciones de transición que tenían solamente un año para
dejar sitio a las autoridades elegidas se vieron obligados a reconocer que
aquella misión era imposible. La tarea encomendada de organizar las elecciones
es colosal. La inseguridad sigue en muchos lugares; los grupos continúan
teniendo armas; el Estado no controla la totalidad del territorio; muchos
centroafricanos no están en su lugar de votación por miedo; la mayoría de los
funcionarios de la administración territorial se encuentran en la capital por
falta de recursos y de seguridad en su lugar de trabajo. ¿Cómo se puede hablar
de elecciones en dos o tres meses? ¿Cómo se hará el censo de los votantes si
los registros civiles fueron quemados, si muchos extranjeros se han instalado
en el país aprovechando el caos, si muchos centroafricanos siguen en los campamentos
fuera del país?
7.
El desafío de
la unidad del país.
La configuración geográfica de los beligerantes es tal
que los Seleka ocupan el nordeste de Centroáfrica mientras que los Anti-balaka
ocupan el resto. Durante mucho tiempo, algunas facciones de los Seleka
amenazaron con llevar a cabo la partición del país y hacer del nordeste un
feudo musulmán. Esta idea está motivada de un lado por el hecho de que los
musulmanes se sienten amenazados en los sitios donde no controlan y por otro
por las riquezas mineras de la parte ocupada. Allí controlan las minas
importantes de diamantes y de oro así como los yacimientos todavía inexplotados
de petróleo. Sobre el terreno, de hecho, el país está divido en dos.
Pero, ningún centroafricano serio cree que sea posible
romper el país en dos. La comunidad internacional tampoco aceptaría un nuevo
país que correría el riesgo de convertirse en refugio de los integristas.
Uno de los objetivos del foro será a llevar a todos a
aceptar la idea de una Centroáfrica común e indivisible, donde cada uno
encuentre su sitio.
8. El desafío
de un nuevo ejército.
Una de los problemas que tiene el país es el no tener
un ejército capaz de garantizar la paz. Durante los regímenes sucesivos se
dedicó a instrumentalizar al ejército de tal manera que cada presidente quería
ocuparlo con miembros de su etnia. El resultado fue un grupo de hombres y
mujeres, poco motivados e incapaces de coordinarse para luchar contra los
invasores. Es absolutamente necesario reconstruir el ejército pero los
interrogantes son muchos: ¿Se rehabilitará a los FACA de siempre? ¿Se hará un
ejército completamente nuevo? Si es así, ¿qué se va a hacer con los antiguos
militares formados?
El problema añadido viene de los grupos armados. Por una parte los Seleka
constituyen un ejército. Pero casi todos llevan grados ficticios que se auto-regalaron
sin un mínimo de formación. Dentro encuentras a generales y coroneles que no
saben leer y escribir. Más aún, nadie sabe a ciencia cierta quiénes son
centroafricanos y quiénes no lo son. Todos quieren integrar el ejército
nacional. ¿Cómo se hará esta integración? ¿Cómo se conseguirá el desarme de los
que no estarán admitidos?
Por otra parte, están los Anti-balaka. Ellos también
pretenden entrar a formar parte del ejército. Hace un año, la mayoría eran
campesinos sin instrucción y ahora tienen grados militares de oficiales. ¿Qué
se hará con estos? El desafío es enorme.
Conclusión:
El conflicto de Centroáfrica tiene dimensiones
colosales. No fue una guerra ordinaria sino una destrucción de todo el tejido
social que llevó al país al borde del colapso total. Gracias a la Comunidad
Internacional, se evitó lo que se vislumbraba como una matanza del siglo. Sin
embargo, a pesar de los esfuerzos, el país sigue pareciendo un Estado fallido.
Las necesidades son enormes y los desafíos gigantescos.
Todo el mundo tiene esperanzas en el foro nacional.
Sin embargo, sabemos por experiencia del pasado que los foros no resuelven los
problemas. Hace falta voluntad política y cambio de mentalidad de las élites
del país. Nadie sensato cree realmente que la situación cambiará un día después
del encuentro. Será el inicio de un largo camino para llegar a desarmar los
grupos armados, tranquilizar a los habitantes, poner nuevamente en marcha todas
las instituciones, luchar contra la corrupción, asegurar los ingresos en las
arcas públicas, crear confianza y poner en marcha el país, etc.
Deseamos un buen futuro a ese país que no merece el
estado en el que se encuentra ahora.
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