Hace un año el mundo entero estuvo consternado al enterrarse del secuestro de 200 niñas de Nigeria por Boko Haram. La primera dama estadounidense y más personas en el mundo se movilizaron en las redes sociales para localizar y devolver las niñas a sus padres. Todos vimos las etiquetas de "bring back our girls"y pensábamos que las cosas iban a entrar en orden y que las niñas iban a volver a casa. Lo que no sabíamos es que los integristas funcionan con otra lógica y probablemente se sienten ensalzados cuando ven este tipo de publicidad.
Algunos países ofrecieron su ayuda a Nigeria para localizar las chicas; USA habría desplegado drones aunque el gobierno de Goodluck Jonathan nunca se mostró demasiado entusiasta para dejar a otros venir en su ayuda. El hecho es que un año después, las niñas siguen desaparecidas y nadie sabe a ciencia cierta si siguen vivas o si están siquiera en Nigeria. Las cuestiones son numerosas: ¿siguen vivas? ¿siguen en Nigeria? ¿siguen sanas? ¿Se han visto obligadas a casarse con los guerreros de Boko Haram? ¿se han convertido en kamikazes en los múltiples atentados que sufre Nigeria en el norte? ¿Fueron vendidas a otros grupos fuera de Nigeria?
Nadie a día de hoy puede dar una respuesta a esas preguntas. La ONU cree que la mayoría fallecieron enviadas a los campos de batalla o estallaron con los cinturones de explosivos. Otros observadores creen que ya no están en Nigeria sino que habrían sido vendidas como esclavas a otros grupos del Sahel. Incluso, hay quienes creen que habrían tomado el camino del golfo.
En fin, es un drama más que se añade a tantos dramas que sufren muchos lugares de este mundo. Nigeria lleva años sufriendo la lacra del terrorismo de Boko Haram igual que otros países como Somalia, Mali, Siria, Irak y tantos otros sitios donde la razón ha dejado de funcionar en la lógica del bien. Parece que el mal sigue acampando entre nosotros. Un pesimista puede incluso llegar a pensar que el bien retrocede.
Ánimo a las familias de las niñas nigerianas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario