domingo, 27 de septiembre de 2015
Centroáfrica, al borde de la irracionalidad
Alguien descubre un cadáver en la calle. Constata que se trata de un musulmán por su forma de vestir. Llama a algunos musulmanes y lo llevan a la mezquita para que se haga sus últimos adios según la costumbre musulmana. Inmediatamente después, los jóvenes musulmanes se levantan con armas de fuego y empiezan a disparar sobre cualquier ser humano que pasa que sea musulmán. Parece una prelícula dramática excepto que aquí no se trata de una película sino de la verdad. Esto mismo ocurrió ayer día 26 de septiembre de 2015 en el barrio llamado Km 5 en la ciudad de Bangui, en la República Centroafricana. Cualquiera que no conociera la complejidad de la situación que lleva viviendo este país desde 2012, pensaría que todo el mundo se ha vuelto irracional. Durante todo el día de este sábado, diversos barrios de Bangui quedaron paralizados por los enfrentamientos. Los jóvenes musulmanes, varias veces relacionados con los seleka en el km 5 decidieron vengarse de musulmán matado. El muerto en cuestión era conductor de taxi. Nadie sabe quién lo mató ni por qué. Nadie conoce las circunstancias de su muerte. Sin embargo, partiendo de las suposiciones absolutamente irracionales y del odio creado entre los musulmanes y el resto de la población en este país, los jóvenes musulmanes no dudaron en acusar a los antibalaka de ser culpables de la muerte del taxista. Empezaron a lanzar piedras sobre todos los coches que pasaban, erigieron barricadas en la carretera que une Saint Michel al barrio de Fatima, dispararon indescriminadamente a los civiles. Los antibalaka que siempre están allí en los barrios, por su parte, sacaron sus armas y armaron la buena. Las fuerzas internacionales que supervisan la paz no consiguieron interponerse con tiempo. El balance de los enfrentamientos hasta esta mañana del domingo es de 21 muertos y un centenar de heridos. Es el balance dado por el hospital comunitario de Bangui. Nadie sabe cuántas personas murieron en sus casas o que quedan por recoger en las calles peligrosas de la zona. La pregunta que uno se hace es: ¿Hemos perdido la razón? Si se descubre un cadáver en cualquier rincón del país, ¿es absolutamente necesario que los seleka y los antibalaka saquen armas, destruyan vida y sumerjan su país en un caos? ¿Quién parará esta locura? Hablo de locura porque aparentemente la gente mata sin saber el porqué. La República Centroafricana lleva tres años de desorden y violencia. Las fuerzas internacionales de la ONU que intentan estabilizar el país no consiguieron hacer el desarme forzoso. Los distintos beligerantes siguen armados cada uno en su rincón. Todos te dicen que quieren la paz pero no son capaces de entender que el ciclo de violencia solamente genera miseria y muerte. Algunas malas lenguas dicen que hay una mano diabólica detrás del repunto de violencia de los últimos momentos para desestabilizar el país y así justificar la prolongación de las instituciones de transición. Hay que decir que la Comunidad Internacional opta por la organización de las elecciones durante el próximo mes de octubre, concretamente el 18 de octubre. Sin embargo, algunos observadores creen que parece irrealista respetar esta fecha. Entre tanto, algunos siguen pensando en matarse. Gaetan
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