La cumbre de la Unión Africana en Sudáfrica este fin de semana con la participación del presidente sudanés Omar El Bechir reabre el debate de la relación entre la CPI y los países africanos. Omar Bechir está acusado por la CPI de crímenes contra la humanidad y está bajo orden de busca y captura desde 2006. La CPI pide a las autoridades de Sudáfrica su arresto. La pregunta que se hace es: ¿se puede realmente detener a un presidente en ejercicio? ¿Hay antecedentes en la historia reciente?
El único caso conocido en la historia reciente cuando un país detuvo a un presidente en ejercicio de otro país fue Manuel Noriega en 1989. Pero en este caso fue un invasión abierta de Estados Unidos contra un país independiente Panamá. No fue bajo orden judicial internacional sino una guerra abierta de un país contra otro.
El otro caso que creó mucha polémica aunque no se trató de un arresto ni nada por el estilo fue la detención del avión del presidente boliviano en el aeropuerto de Viene en julio de 2013 con Evo Marales dentro. En este caso, se sospechaba que el presidente llevaba a Snowden, el ex-agente de inteligencia americano. El hecho desató una polémica sin precedentes y puso de manifiesto que no es tan sencillo tocar a la inmunidad diplomática de un presidente en ejercicio.
Otro caso conocido fue la comparecencia del presidente de Kenya, Uhuru Kenyatta a la CPI en octubre 2014. Pero en este caso, el presidente se presentó libremente a la corte como uno cualquiera a pesar de estar en pleno ejercicio de su mandato.
Desde que la CPI se puso en marcha con la firma de muchos países africanos, muchas voces se alzaron contra su proceder denunciando, con razón o sin ella, que la corte se está ensañando contra los mandatarios africanos. La fiscal general de la corte se defiende diciendo que la mayoría de casos en la CPI fueron denunciados por los propios países africanos.
En todo caso, parece difícil pretender arrestar a un presidente en ejercicio. El caso produciría consecuencias desconocidas ya que la soberanía de cada país es un elemento intocable en cuanto al prestigio de cada pueblo. Nadie sabe qué pasaría en el país del presidente arrestado, las reacciones de los otros países africanos ni las consecuencias en cuanto a las relaciones internacionales entre África y el resto del mundo. En fin, es un tema que merece mucha reflexión.
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