(Gaetan)
Ghana es un país muy especial desde muchos
puntos de vista. Y entre sus ciudades, Winneba es mucho más especial todavía.
Su historia es una joya que a cualquier extranjero curioso le gustaría conocer.
Saliendo de la capital Accra, adentrando más
en Ghana hacía el centro del país, a unas dos horas de coche, se llega a esta
ciudad colocada justo al mar. Construida por los británicos en la época
colonial, la ciudad servía para la distracción de los blancos aprovechando una
excelente playa y la brisa suave que sale del mar especialmente por la tarde. Pero
la ciudad es especial por otros motivos posteriores a esta siniestra época de
la colonización.
Nada más entrar en la ciudad, uno encuentra
el letrero enorme que dice “Universidad de Educación de Winneba”. Allí se
encuentra toda la especialidad de la ciudad y de paso su originalidad.
Ghana fue el primer país subsahariano en
recobrar la independencia gracias a un luchador incansable llamado Nkwame
Nkrumah. Formado en las universidades de Estados Unidos y de Inglaterra, este
profesor y político ghanés volvió a su país cargado de diplomas y dispuesto a
liberar su país y toda África del colonialismo. Ganó mucha popularidad en los
grupos marginados y las masas paisanas gracias a sus propuestas de un
socialismo científico y a su capacidad a desafiar a los colonos. Movilizó las
masas en un sinfín de revueltas, boicots, huelgas, manifestaciones etc. y
consiguió arrancar la independencia total de manos de los ingleses en 1957 no
sin pasar por la cárcel acusado de sublevación.
A partir de este momento, Nkrumah se
consideró a sí mismo como el mesías
enviado por Dios para liberar toda África del colonialismo y hacer de Ghana la
capital del continente libre. Estaba convencido de que África acabaría siendo
un mismo país siguiendo el modelo de los Estados Unidos de América o la URSS
gracias a Ghana y su carismático líder. Muy cercano al comunismo, se hacía
asesorar por los rusos y los chinos.
Se lanzó en la construcción de impresionantes
infraestructuras para el desarrollo de Ghana al mismo tiempo que desplegaba una
diplomacia a gran escala para conseguir que África se convirtiera en una sola
nación. Fue en esta fiebre del panafricanismo que desarrolló una ideología
llamada “el nkrumahismo” y construyó una extraordinaria universidad en Winneba
destinada a enseñar esta ideología al mundo entero.
La universidad tenía una vocación
panafricanista. Se trataba de una institución dónde todos los países africanos
podían enviar a sus mejores estudiantes para aprender los métodos de lucha para
la independencia tanto física como mental, las tácticas de resistencia contra
el enemigo común africano (el blanco), las estrategias para lograr una unión
africana real etc. Era el centro de formación ideológica para llevar las ideas
de Nkrumah al resto del continente. Winneba se convirtió así en una ciudad muy
especial. Nkrumah procuró asfaltar sus calles y cuidar sus edificios para que
el lugar fuera una referencia para un Ghana libre y una África despojado de sus
complejos.
Sin embargo, Nkrumah no era solamente el
visionario, el luchador, el africanista de referencia, el intrépido y
trabajador. También tenía un lado oscuro: sus métodos dictatoriales, su
unilateralismo, su intransigencia le crearon muchos enemigos tanto internos
como externos.
En febrero de 1966, fue depuesto por el
ejército cuando se encontraba en China. Su caída fue acompañada de la caída del
sueño de muchos africanos de alcanzar la independencia total del continente
frente al Occidente neo-colonialista y lograr una unión continental real. Hoy
en día, la universidad de Winneba ya no enseña el nkrumahismo. Se convirtió en
la Universidad de Educación. Sin embargo, a pesar de cambiar de nombre, sigue
siendo el símbolo de una época de sueños que acabaron desvaneciéndose.
Gracias, por mostrarnos las particularidades de ese universo que llamamos África.
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