sábado, 31 de octubre de 2015
Centroáfrica: un mes de la visita del Papa.
Cuando el Papa anuncio, hace un año, su intención de viajar a Centroáfrica, sabía lo que estaba pasando por allí y fue por eso que quiso absolutamente ir a encontrarse con un pueblo herido en una situación dramática. Centroáfrica llevaba ya tiempo sumergido en un sinfín de violencias. A día de hoy, un mes antes de la visita del Pontífice, nadie es capaz de predecir lo que pasará durante su visita. Será una experiencia de un papa en una ciudad insegura.
Últimamente, la situación ha ido a peor. Cada día hay matanzas, venganzas y represalias entre unos y otros sin que nadie llegue a poner coherencia en lo que está pasando. Tanto los antibalaka como los seleka y otras entidades se encuentran en el gobierno de transición. Y sin embargo, sigue habiendo escaramuzas y muertes entre los dos grupos que llevan por delante a civiles inocentes. El gobierno no parece controlar nada. Las fuerzas internacionales tienen dificultades en interponerse cuando estallan las violencias ciegas.
En Bangui, un rumor puede desatar un movimiento masivo y una ola de violencia. Si muere un musulmán en algún rincón de la ciudad, nadie busca las causas de su muerte o el verdadero motivo de su asesinato. De inmediato, los milicianos musulmanes del km 5 se ponen a quemar casas de los vecinos no musulmanes y matan a unos cuantos inocentes que encuentran en la calle. Por otro lado, los antibalaka que no parecen tener ningún control se meten a matar a cualquier musulmán que se atreve a pasar por los barrios que controlan. Además, no se trata solamente de matar sino de torturar y mutilar. Muchos barrios de Bangui son un polvorín y nadie parece capaz de estabilizar la situación.
El gobierno de transición ha mostrado su ineficacia y ya nadie cree que sea capaz de reconciliar a unos y otros. Lo único que la gente espera ahora es la organización de las elecciones para salir de la transición. La Comunidad Internacional está presionando mucho pero tampoco se sabe muy bien hasta qué punto es posible organizar las elecciones creíbles sobre todo el territorio. De momento, se ha fijado la fecha del 13 de diciembre para la primera vuelta.
El papa va a un país que le quiere y le espera pero en unas condiciones inciertas. Aunque realmente nadie crea que los antagonistas vayan a iniciar los disturbios durante la visita, nadie puede descartar que algún descerebrado dispare la delegación de los que considera sus enemigos. Las fuerzas internacionales tienen un reto de proteger a unos y otros durante todo este tiempo.
Entre tanto, todo el mundo tanto los cristianos como los musulmanes y otras religiones esperan al Papa como agua de mayo. Todos quieren escuchar una palabra de alivio y paz. El problema es que la violencia de los últimos tiempos parece seguir un plan oculto de los que tienen interés en desestabilizar el país, impedir las elecciones y presentarse al final como los únicos capaces de salvar al país. Dios quiera que se den cuenta de su error y paren la sangría.
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