sábado, 16 de enero de 2016
De Kabila a kabila, 15 años
Hace exactamente hoy 15 que Laurent Désiré Kabila fue matado y sustituido por su hijo Joseph kabila. El tiempo cambia mucho. Lo que no cambia mucho es la situación socio-política de la República Democrática del Congo.
Era el 17 de enero, cuando un gualdaespalda entró en el despacho del presidente Kabila y de un tiro en la cabeza, acabó con la vida del antiguo revolucionario. Directamente después, el jefe de gabinete del presidente, el colonel Edy Kapend, abatió sin miramientos al joven asesino. La estremecedora noticia corrió por el mundo como una pólvora por la magnitud del acontecimiento mientras el gobierno se empeñaba en difundir que Kabila estaba siendo curado en Zimbabwe. Pocos días después, su hijo fue propuesto como sucesor y desde entonces, 15 después, Joseph Kabila sigue allí.
Kabila padre había sido uno de los guerrilleros del Congo de después de la independencia. Cuando la rebelión fue vencida por Mobutu, dejó la lucha abierta y se dedicó al contrabando entre su país y los países del este. En 1996, apareció de nuevo liderando una coalición fabricada por los países vecinos (Ouganda, Rwanda y Burundi) para derrocar a Mobutu. La lucha no duró mucho. En menos de seís meses, consiguió lo impensable, es decir, atravesar un país equivalente a Europa Central y llegar a Kinshasa. Después de la huida de Mobutu, kabila se auto-proclamó presidente y Zaïre se reconvertió en la República Democrática del Congo. Dos años después, rompió la amistad con sus aliados y el Congo se vio otra vez sumergido en un sinfín de rebeliones. Muchos países intervinieron, unos para apoyar a Kabila, otros para luchar contra él. Los frentes se paralizaron. Ni vencedor ni vencido, solamente víctimas que suelen ser siempre los más débiles. En 2001, Kabila fue abatido y su hijo tomó el relevo.
Desde entonces, se firmaron diferentes acuerdos para poner fin a la guerra pero el este del país sigue siendo una tierra de nadie. A pesar de la presencia de más de 20.000 cazcos azules de la ONU, el este de Congo sigue siendo un lugar dónde se violan a miles de mujeres, se reclutan a los niños y se matan a los pobres ciudadanos. Muchos congoleños viven en campamentos de desplazados. Se cuenta que habría 85 grupos armados diseminados por todo el este y no parece que alguien esté haciendo un esfuerzo para acabar con ellos.
La República Democrática del Congo es uno de los países más ricos en minerales y también uno de los más pobres del mundo. El 80% del coltan mundial se encuentra en la parte oriental exactamente en esa tierra de nadie. Es una contradicción que no debe extrañar porque dónde hay carne, aparecen los carroñeros. Se llegó a decir que la riqueza de Congo es su propia miseria. Entre tanto, los políticos se dedican a pronunciar grandiloquentes discursos y a tender trampas buscando una oportunidad para ocupar los puestos. ¿Habrá paz en el Congo? ¿Habrá prosperidad?
Gaétan
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