martes, 29 de agosto de 2023

La otra cara de Lagos

(Gaetan K.)

Lagos es una ciudad difícil de describir por alguien que la visita sin vivir en ella. En mi anterior post, decía que era una ciudad de las chanclas refiriéndome a la manera de calzarse sus habitantes. Después de unos días residiendo aquí y circulando un poco, puedo decir que Lagos es una ciudad de dos ciudades o incluso tres dependiendo de dónde te sitúes. Por mucho que parezca contradictorio, es una pura verdad. Lagos no es solamente una ciudad de chanclas, sino también de rascacielos.

La parte descrita en el anterior artículo se refiere a Mainland que es dónde también se encuentra el aeropuerto internacional “Murtala Mohammed”. En esta parte encuentras todo tipo de cachivaches indescriptibles que constituyen el negocio básicamente informal de la marea humana que habita en este lugar. Alguien me dijo incluso que algunos pasan el día circulando y duermen dónde les cae la noche, al borde de la calle, delante de alguna tienda o en cualquier otro lugar. El día siguiente, sigue caminando, vendiendo o haciendo qué sé yo para sobrevivir.

Sin embargo, cuando coges un coche y sales de este universo indescriptible, cruzas el larguísimo puente sobre la laguna, te encuentras con otra realidad completamente diferente. Diría yo como la noche y el día. Te adentras en la parte llamada Island. Tanto la construcción como el ambiente son otra cosa. Pero antes, tienes que contemplar el espectáculo de las cabañas ubicadas literalmente en el agua de la laguna. Son verdaderas chozas flotantes.  ¿Cómo sobrevive la gente en este lugar dónde tienen que lidiar con un interminable ejército de mosquitos y seguramente un olor nauseabundo de las aguas contaminadas? Alguien me dijo que los mosquitos en ese lugar son vecinos tranquilos y sus picaduras ya no asustan a nadie.


Esa gente llamada People of the River tampoco siente el olor de las aguas. Están acostumbrados a ese lugar y por nada en el mundo cambiarían. Sus construcciones sobre el agua se llaman “floating slum”. 

El largo puente construido en los construido en los años 1980 es una verdadera joya de ingeniería. Es grande, fuerte y duradero. Aunque se nota un cierto descuido en cuanto al mantenimiento, le quedan todavía muchos años de vida. De día como de noche, está repleto de vehículos en un interminable atasco. Es que Lagos es una ciudad de vehículos particulares exageradamente numerosos siguiendo también el número de sus habitantes y la flagrante insuficiencia del transporte público en condiciones.


Más allá del puede, entras en Island. Es una isla en todos los sentidos: edificios altos, calles limpias, aunque con algunos agujeros por falta de mantenimiento, plantas y árboles etc. Aunque también se notan los atascos durante los días laborales, aquí no se ven tanto barullo de gente como en la otra parte ya descrita. Ya no hay mercados improvisados en cada rincón o delante de cada edificio. Es Lagos de los ricos dónde encuentras las embajadas, la catedral, las grandes empresas y la ostentación del poder económico. Es el lugar del ocio y el de respiro para los que pueden pagarse ese lujo. Las casas allí cuestan el riñon. Desgraciadamente todavía no se ha pensado ni en el metro, ni en el tramway, ni grandes autobuses para aliviar las calles.

No podemos pasar por alto que Nigeria es la primera potencia económica africana por delante de África del Sur. Aunque esto no se note mucho en las infraestructuras nuevas, este país produce mucho petróleo, gas, oro, carbón, estaño etc. Este país tiene todo para alcanzar desarrollo: riqueza demográfica, tierras laborables, inmensos recursos naturales y la democracia. Lagos tiene además la particularidad de ser la antigua capital del país antes de que ésta fuera traslada a Abuja. En la actualidad, la ciudad se ha quedado como la capital económica. El negocio aquí es asunto de todo el mundo.

En Island, hay también diferentes barrios de diferentes niveles: no es lo mismo Ikoyi que Lekki. Cuanto más vas prolongando hacía el mar, vuelves a encontrarte con el caos de transporte y negocios informales.  Sin embargo, ya no tiene nada que ver con Mainland, la parte de la vida cruda de una ciudad en bullicio.

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