domingo, 4 de diciembre de 2016

La grata sorpresa de un dictador

El año 2016 pasará en la historia como un año de sorpresas mayúsculas en el escenario político mundial. En el momento que el mundo está todavía asombrado por el Brexit y la elección de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos contra todo pronóstico, un dictador confeso sorprende a todos en el sur de Sahara.
En el semanario Jeune Afrique de mayo de 2016, Yahya Jammeh afirmaba sin tapujos que era el dictador y orgulloso de serlo. Estas declaraciones no sorprendieron a nadie que conociera el sistema político de Gambia desde 22 años.
Este mismo viernes, cuando el mismo Jammeh anunció su derrota y felicitó a su contrincante en las elecciones una hora antes que la Comisión electoral anunciara los resultados, el mundo entero se quedó boquiabierto. ¿Será posible que el temible presidente tanto dentro como fuera de Gambia , el "big man", reconociera su derrota y dejara las riendas del país? Pues, sí. Algunos dictadores saben reconocer los hechos y sorprender al mundo. Allí radica la grandeza de alguno de ellos. Nunca se puede definir una persona en su totalidad con un solo adjetivo.

Gambia es un pequeñísimo país rodeado en su totalidad por Senegal. Logró su independencia de Reino Unido en 1965. Desde entonces, solo ha conocido a dos presidentes: Dawda Jawara y Yahya Jammed. El turismo occidental constituye su principal fuente de ingresos económicos.
Yahya Jammed (foto internet)

Yahya Abdul-Aziz Jemus Junkung Jammed, llamado también doctor por sus dotes curanderísticos,  tomó el poder en 1994 derrocando a Jawara. Era entonces teniente del ejército nacional después de una formación militar en Senegal y Alabama (USA). A partir de este momento, instauró un sistema atípico envuelto en muchas decisiones llamativas y polémicas también.
En más de dos ocasiones, hubo un intento de golpe de Estado fallido seguido de los castigos ejemplares de los protagonistas y discursos grandilocuentes. No hace más de un año respondió al secretario general de la ONU que se fuera a arder en el infierno cuando éste le urgía a poner en marcha una investigación para esclarecer la muerte de un opositor dentro de la cárcel. 
Jammed fue un presidente sin pelos en la lengua cuando se trataba de enfrentarse a los intentos de Occidente de introducir ciertas ideologías. Sus declaraciones muy polémicas se extienden desde los derechos humanos hasta el área de las creencias individuales. Llegó a llamar gusanos a los homosexuales que habría que aplastar como mosquitos y cerdos a los que no creen en nada. También declaró en varias ocasiones haber hallado el remedio contra el VIH con sus recetas de plantas. De hecho la presidencia era al mismo tiempo un ambulatorio médico con sus tratamientos tradicionales.
Sin embargo, a pesar de sus actuaciones muy controvertidas, Yahya Jammed también pasará en la historia como un presidente musulmán que ha tomado dos decisiones importantes a favor de la mujer entre otras: la prohibición del matrimonio precoz y la mutilación genital femenina.
La derrota en las elecciones viene probablemente de dos causas: el despertar del pueblo gambiano y la ingenuidad de Jammed.
El pueblo de gambia, eufórico al derrotar a Jammeh (foto internet)

Yahya Jammed había ganado en más de cuatro ocasiones las elecciones presidenciales y había declarado que nadie le impediría seguir mandando hasta su muerte. Sin embargo esta vez, no vio la derrota venir. Hizo encarcelar al histórico opositor, Ousainou Darboe, probablemente pensando que en su ausencia, no habría ningún rival con talla suficiente para arrebatarle la victoria. La oposición, lejos de caer en la trampa, se alineó detrás de un solo candidato, Adama Barrow y le llevó a la victoria final. Jammeh se despertó vencido en las urnas.
Adama Barrow, responsable de una agencia inmobiliaria en Gambia, era hasta su investidura a candidato a la presidencia tesorero de un partido de la oposición. Fue elegido candidato a las elecciones por falta de las principales figuras de la oposición. Todos los sondeos le consideraban como un figurante y daban ganador a Jammeh como siempre.
Tanto la victoria de Barrow como el reconocimiento rápido y normal de Jammeh de su derrota fueron una sorpresa y un inicio de otro tipo de futuro para Gambia y, porque no, para África. Esta victoria de Barrow viene a significar que, dentro de la legalidad y con un pueblo valiente, se puede derrotar la dictadura.
                                                                                                            Gaetan

1 comentario:

  1. Pido a Dios que el nuevo presidente sepa llevar bien el país y no caiga en los errores de muchos presidentes.
    Un abrazo, Gaétan.

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