Pocas veces a uno le faltan términos para calificar a una persona. Museveni es un de esos presidentes africanos que pueden encasquetar todos los apelativos sin que nada cambie en su perfil. ¿Héroe? ¿revolucionario? ¿dictador? Yo diría que los tres a la vez y alguien podría añadir alguno más sin equivocarse.
Las elecciones que están en curso en Uganda acabarán como acaban siempre. Museveni saldrá elegido por otro mandato más. En algunos países africanos realmente lo de elecciones y mandatos son una tomadura de pelo. El presidente podría seguir mandando hasta su muerte sin necesidad de distraer al pobre pueblo. Pero, no. El pueblo tiene que ratificar lo ya decidido en los despachos con elecciones democráticas, vete a saber qué entienden por democracia.
Hace poco Museveni dijo en medio broma que no podrá abandonar el platanero que él plantó ya que empieza a dar frutos. Hasta dijo que no dudaría en matar a su opositor si llegará a quitarle el poder con los votos. Mucha gente quiere a ese hombre por su franqueza llena de humor y mucha claridad.
Museveni nació en la provincia de Ankole de una familia de ganaderos. Cursó los estudios de economía y ciencias políticas en Tanzanía dónde se relacionó con los movimientos revolucionarios de la época (Mozambique, Sudáfrica etc.). Más tarde ingresó en la política de su país siendo el jefe de los servicios secretos del dictador Milton Obote y también en el gobierno del famoso Idi Amin Dada como ministro de defensa. Después decidió formar su propio movimiento.
En 1981, con 27 jóvenes de los cuales el general Kagamé, actual presidente de Rwanda, inició un movimiento revolucionario llamado National Resistance Army (NRA). En 1986, tomó el poder en Kampala y se instaló como presidente. Desde entonces, ya van 30 años, Museveni nunca pensó abandonar el poder.
En sus años de lucha por el poder, Museveni era conocido como un revolucionario visionario con ideas nuevas y atractivas. Pensaba que la democracia de los partidos políticos era imposible en África porque dividía al pueblo. Él proponía un partido único con espacio democrático dentro. Sostenía el panafricanismo y un patriotismo generador de desarrollo. Sin embargo, una vez en el poder, su sistema se convirtió como tantos otros en África, en una verdadera dictadura. Todas sus ideas revolucionarias admiradas por sus mentores exteriores fueron difuminándose a lo largo de los años.
Se reconocen muchos méritos a Museveni entre otras cosas por haber acabado con las rebeliones que asolaban el país durante décadas. Consiguió expulsar definitivamente la LRA de Joseph Kony y ADEF NALU. Estos últimos años han sido años de prosperidad y de seguridad. Su poderoso y disciplinado ejército protagoniza las misiones de paz en diversos conflictos en África lo que confiere a Museveni un papel de hombre clave en la región. Sin embargo, también es verdad que Museveni ha estado involucrado en todos las guerras de los Grandes Lagos.
También se reconoce que la estabilidad del país fue a la base de un cierto desarrollo económico y la puesta en marcha de algunos programas sociales importantes como la reducción del SIDA etc.
Comparando con otros dictadores. no se puede decir que Uganda es un país completamente cerrado. El espacio político existe aunque controlado y los opositores pueden hacer sus actividades sabiendo que tienen poca posibilidad de alcanzar la magistratura suprema.
Con treinta años en el poder y un mandato más, Museveni entra en la categoría de los mandatarios africanos muy longevos. Robert Mugabe de Zimbabwe lleva 29 años; Paul Biya de Camerún lleva 34 años. Hay quiénes se preguntan si, en algunos países, tenemos que seguir hablando de República o más bien de monarquía disfrazada pero no modernizada.
Gaetan
Amigo Gaetan, en mi opinión Museveni no puede compararse con Mugabe. Museveni ha llevado a Uganda por la senda del progreso (económico y social) , la modernidad (infraestructuras) y el prestigio internacional (participación en misiones internacionales de la UA, liderazgo regional en Grandes Lagos, muy buenas relaciones con la comunidad internacional) además de ser Uganda un ejemplo de éxito en por ejemplo la lucha contra el SIDA. Mugabe ha destruido las libertades, la economía y la convivencia social en Zimbabwe. Lo único bueno de Robert Mugabe es su edad, en la esperanza que pronto no tenga nadie que soportarlo lástima su esposa , la Doctora (ja,ja) Grace Mugabe no tenga unos cuantos añitos más para acompañarle en el "viaje". Bromas aparte, Mugabe simboliza y encarna lo peor del continente africano. Museveni además es una persona muy inteligente y con visión de futuro. Ahora hay una democracia con pluralidad de partidos en Uganda [aunque es cierto que eso se debe sobre todo a la presión de la comunidad internacional en general y de países donantes en particular] pero en el pasado Museveni llegó a decir "los partidos políticos en Africa sólo traen tribalismo y desunión". Se le puede criticar, pero su argumento no era tan falaz. Sólo comparar el chelín ugandés con el dolar de Zimbabwe (ya extinto) te da las pistas para comparar una gestión con otra. Enhorabuena por tu blog.
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