domingo, 10 de agosto de 2025

África y el síndrome del poder eterno

(Axel Dieu-bénit Averroes KORONDO)

"Repito, no me presentaré como candidato. Esta pregunta me molesta. Yo mismo reforcé la Constitución para estipular que nadie puede ejercer más de dos mandatos en su vida. Nadie me va a mantener como presidente. Me voy. He envejecido", declaró el presidente beninés Patrice Talon con confianza, orgullo, entusiasmo y valentía durante un encuentro con jóvenes el 28 de julio de 2025 en el Palacio de la Marina en Cotonú. Pero ¿qué está pasando en Camerún? ¿En la República Centroafricana? ¿En Costa de Marfil? ¿Por qué no dejarnos guiar por el espíritu de paz, felicidad y respeto?

De hecho, este mes de julio estuvo marcado por acontecimientos que podrían describirse como el « síndrome del poder eterno ». Primero, el 13 de julio de 2025, el presidente camerunés Paul Biya, de 92 años, en el poder desde el 6 de noviembre de 1982, anunció su candidatura para las elecciones de octubre de 2025. Luego, el 26 de julio de 2025, su homólogo centroafricano, Faustin Archange Touadera, de 68 años, en el poder desde el 30 de marzo de 2016, juró su cargo en el partido político MCU, del cual es líder. Finalmente, el 29 de julio de 2025, el presidente marfileño Alassane Dramane Ouattara, de 83 años, en el poder desde el 6 de mayo de 2011, anunció su candidatura para un cuarto mandato.

Mientras uno de ellos, al final de su mandato, se prepara para dejar el poder, como lo exige la Constitución, por el bien de su pueblo, su país y la imagen y el honor de África, los otros tres aún se consideran los únicos salvadores, Dios Todopoderoso, y reforman la Constitución para permanecer en el poder indefinidamente. ¿Qué placer les produce tomar semejante decisión? Es un panorama horrible para la democracia en una parte de África. Además, julio sigue siendo un mes de vergüenza, tristeza y lágrimas por una democracia que ha sido pisoteada, abusada y estrangulada en plena Plaza de la Independencia por quienes deberían defenderla y respetarla en todas sus formas.

Estos anuncios conmocionaron a la prensa y generaron mucho debate y tensión entre los partidarios y detractores del trío. Esta realidad demuestra que África aún está lejos de la democracia. Porque quienes se supone que deben respetarla en estos países son los mismos que la pisotean, la violan y la atormentan con el pretexto del patriotismo y la lucha contra el imperialismo francés.

Fue un shock legal, pero sobre todo una brutal bofetada a la noble Constitución. Ante esta pesadilla, ¿cómo reaccionaríamos en caso de levantamientos en Camerún, la República Centroafricana y Costa de Marfil? ¿Culparíamos de nuevo a Occidente? ¿Diríamos que Francia es responsable de las rebeliones en la República Centroafricana? ¿De los disturbios en Camerún? ¿De la guerra civil en Costa de Marfil? ¿Que la pobreza y la miseria que siguen asolando África son causadas por Francia?

Queridos lectores y panafricanistas, ¡sean lógicos y lúcidos por una vez! Los hechos están ante nuestros ojos, y debemos verlos para comprender finalmente de dónde provienen nuestros problemas, qué nos frena y qué ha mantenido a África en este abismo durante tantos años. Esta farsa, urdida por los enemigos de la democracia, es apreciada y apoyada por quienes, directa o indirectamente, buscan proteger sus intereses.

África necesita líderes responsables, capaces de ceder cuando el fin lo exige. Y luego hablaremos de democracia, el único sistema político capaz de liberar a África de este engaño.

Permanecer en el poder indefinidamente es un crimen. Es hora de que los líderes africanos sigan el ejemplo del presidente beninés Patrice Talon. Este respeto a la Constitución fomentará un clima de paz y cohesión social y allanará el camino hacia el desarrollo. Esto es lo que África merece para su propio bien, su felicidad y la supervivencia de los africanos.

Queridos lectores y panafricanistas, ¡buena reflexión!

 


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