domingo, 29 de noviembre de 2015
La fiesta del papa.
En Bangui, un nuevo saludo se ha instalado en las calles: "feliz fiesta del papa". La fievre de la visita del Papa a la República Centroafricana se ha apoderado de todos los habitantes de la capital. Todos sin excepción, tanto cristianos de todas las confesiones como musulmanes, esperan esta visita como un milagro de Dios. De repente, el ambiente se ha relajado, la tensión persistente durante estos últimos dos años parece haber desaparecido. Las imágenes del papa se encuentran en todos los rincones de la capital. Muchos centroafricanos hicieron el vieje peligroso desde la provincia, algunos con camiones, otros andando para ir a recibir la bendición papal. Los musulmanes del km 5 esperan al papa como un líder espiritual más allá de los intereses políticos y partidistas. Todos creen que su presencia su barrio traerá la paz. Hay que recordar que el barrio del km 5 es el único sitio dónde quedan musulmanes dentro de la capital y los que se encuentran allí, están rodeados de milicianos antibalaka que no les permiten la libertad de movimiento. Pues, el papa decidió ir a la mezquita de ellos, desafiando las advertencias de seguridad.
El evento papal va más allá de lo que se puede imaginar. La visita está creando un ambiente nunca visto en este país durante años. Hasta las mujeres musulmanes quieren vestirse de paños con la imagen de Francisco para recibirle calurosamente. ¿Quíen podría imaginar esto hace poco?
La catedral de Bangui dónde el papa piensa abrir, por antelación, la puerta del año de la misericordia está lista y luce con el lema del Papa. El entorno está decorado por las banderas del Vaticano. Muchas calles que llevan al centro de la ciudad han sido precipitadamente rahabilitadas. Algunos partidos políticos enviaron a los jóvenes a hacer la limpieza cerca de dónde pasará el Papa. Está visita está siendo más que una sencilla visita. Es todo un simbólo de paz y de reconciliación en un país azotado por las violencias intercomunitarias.
Durante su estancia, el Papa se reunirá con los católicos en la Catedral, con los protestantes en el instituto protestante (FATEB), con los musulmanes en la mezquita, Ali Babolo y con todos en el estado Boganda.
Es importante recordar que todos los actores internacionales, empezando por el gobierno francés, desaconsejaron la visita por las dificultades de seguridad. Sin embargo, no parece que Francisco sea de los que se dejan intimidar. Y la persistencia del papa a realizar la visita está dando un punto más a su importancia.
miércoles, 25 de noviembre de 2015
El papa Francisco y el avispero de Centroáfrica.
Las lenguas se desatan unos días antes de la
visita del Papa a Centroáfrica como última etapa de su gira por África. Los
medios internacionales empiezan a dudar de esta visita por la peligrosidad de
la situación y la espontaneidad del papa Francisco, quien casi siempre salta
los protocolos de seguridad para acercarse más al pueblo. ¿Irá Francisco a
Centroáfrica?
El programa del papa en Bangui tal como lo
publicó el Vaticano es muy ambicioso. Cualquiera que lo lee se pregunta si es
posible realizarlo en su formato original o incluso si es responsable llevarlo
a cabo. Pero seguramente, el Papa sabe lo que hace.
Tres son los momentos más llamativos en una
situación como la del país visitado: la visita a los campamentos de refugiados
del aeropuerto, la visita a la mezquita central de Bangui y la misa
multitudinaria en el estadio nacional.
Para ir al campamento de los desplazados, el
Papa tendrá que hacer el trayecto que va del centro de la capital hacía el aeropuerto.
Pasará por el barrio convulso llamado "combattant" donde circulan a
sus anchas los temibles milicianos antibalaka. Son los milicianos de este
barrio los que están poniendo a todo Bangui en jaque los últimos días, matando
indiscriminadamente a los que ellos consideran adversarios y mutilando sus
cadáveres. Concretamente hace tres semanas pararon el coche de una delegación
de musulmanes de la facción seleka UPC, invitados por la presidencia, y los
asesinaron sin miramientos. Nadie sabe lo que quieren ni cuáles son sus
reivindicaciones más allá de sembrar el terror derramando la sangre. Se supone
que los antibalaka no tienen ninguna intención de obstaculizar el viaje del
Papa pero siendo grupos incontrolables, ¿quién puede asegurar que se mueven con
racionalidad o no puedan ser instrumentalizados por otros?
La catedral de Bangui dónde el Papa abrirá la puerta para el año de la misericordia.
La visita a la mezquita no es menos
peligrosa. Para llegar a la mezquita, el Papa y su séquito tendrán que pasar
por barrios muy hostiles a los musulmanes, repletos de milicianos antibalaka
también muy propensos a apretar el gatillo. Muchas veces esos jóvenes se mueven
por rumores, prejuicios, falsas informaciones, ideología, etc. El hecho mismo
que el Papa vaya a visitar a sus enemigos puede ser una razón para convertir el
camino en algo intransitable. Para ellos, cualquier pretexto es bueno para
iniciar un sinfín de violencias, venganzas o represalias.
Por otro lado, los milicianos musulmanes
alrededor de la mezquita central, aunque dicen esperar al Papa como una
bendición, nadie puede prever su reacción. Entre ellos existen facciones, cada
una con sus objetivos. Hay quienes creen que algunos operan en complicidad con
algunos grupos de los antibalaka para desestabilizar el gobierno de transición.
Hace poco tiempo, una facción de esos milicianos amenazó con insultos al
arzobispo de Bangui y a la delegación vaticana que éste conducía en el marco de
preparar la visita del Papa. Bien es verdad que los representantes oficiales de
los musulmanes condenaron lo ocurrido pero en la situación de Centroáfrica, los
representantes de las confesiones religiosas no tienen control sobre los
criminales organizados que andan sueltos y que muchas veces hacen sus fechorías
en el nombre de la fe.
Precisamente el barrio del km 5 dónde está
ubicada la mezquita central lleva dos años cercado por los antibalaka. Los
pocos musulmanes que quedan en Bangui se encuentran recluidos allí sin
posibilidad de movimiento por miedo a encontrarse con los antibalaka. Ellos
mismos hablan de una cárcel gigante a cielo abierto. Allí estos últimos
momentos se encuentran concentrados los sucesivos enfrentamientos entre las
distintas bandas. Se cuenta que cada semana mueren unas 50 personas
principalmente en este barrio y a sus alrededores. Es allí donde el Papa piensa
ir a encontrarse con los musulmanes en un gesto altamente simbólico para la paz
y la reconciliación.
Por último, el Papa piensa celebrar una misa
multitudinaria en el estadio nacional. El lugar del estadio no presenta ningún
problema real de seguridad ya que se sitúa en uno de los barrios más seguros.
En este caso el problema no es la ubicación del evento sino la concentración de
miles de peregrinos venidos de todos los rincones del país en una capital poca
segura. La Conferencia Episcopal prevé que cada diócesis envíe grandes delegaciones
para el acontecimiento. La pregunta que cada uno se hace es la siguiente: ¿Conseguirán
los peregrinos transitar con seguridad por las regiones de alta peligrosidad
que controlan los distintos grupos armados?¿Cómo proteger a tantas personas en
una ciudad explosiva si ya las fuerzas internacionales están desbordadas a la
hora de proteger a los habitantes habituales de Bangui?
Por otro lado, no hay que olvidar que la
presencia del Papa supone un número elevado de los visitantes extranjeros,
obispos de los países vecinos, periodistas de los distintos medios
internacionales a parte del séquito personal del Papa, etc. Todo esto supone un
desafío de seguridad. A esto hay que añadir que esta visita del Papa coincide
con la época de tensiones electorales propias de una campaña política, que
tampoco se sabe muy bien como se llevará a cabo para que sean unas elecciones
transparentes.
Por el momento, a pesar de que Francia haya
aconsejado la anulación del viaje, las autoridades de transición en
Centroáfrica insisten en mantener la visita confiando en la providencia. El
mismo Papa afirma que tendrá su palabra y los ciudadanos centroafricanos
esperan la llegada del Pontífice como una bendición y un empujón hacia la paz
entre las distintas comunidades.
Para finalizar solo cabe una pregunta ¿es
este el mejor momento para la realización del viaje?.
Gaétan
martes, 24 de noviembre de 2015
Las guerras africanas (Part6)
La guerra del Sudán del Sur.
Para muchos observadores, la
guerra actualmente en curso en el Sudán del Sur es fruto de la estupidez y de
la codicia de dos personajes claves de ese país: el presidente Salva Kiir y su
ex vicepresidente Riek Machar. Es también la guerra más absurda a la que
estamos asistiendo en los últimos tiempos. Tan es así que se está llevando al
joven país al borde de la desaparición como nación y la auto-destrucción como
pueblo.
Las raíces del conflicto.
Para entender el conflicto
actual, hay que tomar en cuanta tres cosas importante: la historia del país, la
composición étnica de esta parte del Sudán y los recursos petrolíferos.
En primer lugar, durante la época
colonial, Inglaterra nunca se preocupó de formar a una élite capaz de
auto-dirigirse. Se entregó a la ocupación y la explotación de los recursos.
Cuando el Sudán recobra su independencia, el sur estaba completamente
desprovisto de recursos humanos. Por otro lado, ya desde la independencia en
1956, el norte y el sur entran en una guerra mortífera que durará muchos
décadas.
Durante la segunda guerra entre
el norte y el sur, John Garang que era militar del ejército nacional se
convirtió en el leader el sur. Para impedir cualquier rivalidad en el mando, se
encargó de descartar a cualquier persona emergente, llegando incluso a matar a
los que podía sospechar de tener mejores capacidades que él. Este hecho hizo
que el Sudán del sur se quedará mermado en cuanto a la capacidad intelectual de
auto-gobierno. Salva Kiir que sustituyó a John Garang, después de su accidente
mortal, no es más que un sargento del ejército y según muchos analistas, manipulable
e incapaz de tener una visión clara del futuro nacional. Riek Machar su
adversario hizo sus estudios en Inglaterra pero su ambición por el poder y su
codicia le hace incapaz de posponer sus intereses personales por encima de los
del Estado.
En segundo lugar, viene el
problema étnico. Allí nos encontramos con dos grandes grupos sociales
importantes: los dinka de los cuales proviene Salva Kiir y los nuers de los
cuales proviene Riek Machar. Las dos etnias son nilóticas y fueron
principalmente pastores de vacas antes de combinar esta actividad con la
agricultura. Son generalmente de religión tradicional aunque últimamente muchos
acogieron la religión cristiana. Los miembros de estas etnias son muy altos
pudiendo llegar algunos a 2 metros de altura. Hablan lenguas diferentes pero
con cierta similtud. Sus costumbres, aunque diferentes, tienen algo en común.
Los dinka son mayoritarios con unos 3.000.000 de integrantes mientras que los
nuers son unos 2.000.000.
Ya en 1991, hubo enfrentamientos
entre los dinka y los nuers. Entonces, el leader de los dinka era John Garang y
el de los nuers, Riek Machar. Todo se saldó con al menos 5.000 muertos. Sin
embargo, el hecho de tener entonces un enemigo común, el Sudán del norte,
volvieron a unirse para la lucha.
Se piensa que el hecho de vivir
en estructuras de clanes hace que la gente no tenga una visión muy amplia del
estado. De repente, los ejecutivos funcionan como si estuvieran dentro de un
clan pequeño. El Estado nuevamente
creado se convirtió rápidamente en un estado fallido sin estructuras sólidas,
sin control riguroso, con mucha corrupción y clientelismo.
En tercer lugar, viene el
petróleo. El primer recurso que genera ingresos es el petroleo. Desde siempre
el Sudán del norte quiso controlar este recurso y de momento aprovecha con las
tasas de tránsito. Le interesa que se siga sacando mucho para beneficiar mucho.
En la actualidad, tres son las
empresas que se encargan de explotar el petróleo del Sudán del sur: China
National Petroleum Corporation, Oil National Gaz Corporation, Petronas. China,
Malasia e India monopolizan este sector. Todas las rivalidades tienen como
punto de mira este recurso.
Por tanto, el conflicto del Sudán
del Sur aunque con tintes étnicos, no es ni religioso (los dos bandos practican
las mismas creencias) ni realmente étnicos al menos en los inicios.
La guerra
Cuando se firmó los acuerdos de
paz entre el norte y el sur, se hizo posteriormente un referendo de
auto-determinación. Con el impulso de los Estados Unidos, el presidente El
Bechir del norte aceptó el veredicto popular. Sudán del Sur se convirtió en el
país más joven del mundo el 9 de julio de 2011. Salva Kiir de la etnia dinka se
convierte en el presidente y Riek Machar en su vice-presidente. A partir de
aquí, empiezan las rivalidades entre los dos mandatarios mirando más su ego que
los intereses de su país.
El 13 de diciembre de 2013,
empieza la guerra. Salva Kiir detiene a 10 dirigentes nuers acusándoles de
preparar un golpe de Estado. Riek Machar se rebela con una parte del ejército.
La guerra entre dos hombres arrastra a las dos etnias en unos sangrientos
enfrentamientos. Los rebeldes ocupan la ciudad de Bor y posteriormente Bentiu
haciendo de paso limpieza étnica. Los militares del gobierno contra atacan
haciendo a su vez limpieza étnica. En solamente dos semanas, los muertos se
cuentan por miles. La Misión de paz de la ONU se ve desbordada por el flujo de
los desplazados.
El presidente Ugandés Museveni
envía refuerzos al presidente Kiir que consiguen frenar la furia de los rebeldes.
También el presidente del norte, El Bechir se muestra aliado de Kiir por
intereses obviamente.
En enero 2014, se firma acuerdos
de paz en Addis Abeba (Etiopia) en los cuales se decide enviar tropas etíopes
para garantizarlos. Sin embargo, los acuerdos están constantemente violados una
y otra vez. El Sudán del Sur se encamina a la desaparición como estado.
En la actualidad, la guerra sigue
allí. Siendo un país nuevo sin estructuras, se teme una desagregación total.
Estamos ante un posible Estado fallido donde la corrupción, la desigualdad, la
injusticia y la pobreza son los elementos que más ocupan el terreno. Los países
vecinos intentan apagar el fuego pero también ellos van protegiendo cada uno
sus intereses.
Lo único que los dirigentes del
Sudán del Sur están mostrando al mundo es que son incapaces de ver el bien
común, olvidar las diferencias y reunir energías para batir un país. Están
dando razón al Sudán del norte que defendía que no eran todavía maduros para
crear un país independiente.
Últimamente, gracias a la amenaza
de sanciones por parte de la Comunidad Internacional, las dos partes firmaron
un acuerdo de paz el 26 de agosto de 2015 en Juba. Delante de los presidentes
de Uganda, Kenya, Etiopia etc. los dos protagonistas, Salva Kiir y Riek
Machaar, se comprometieron a enterrar el hacha de la guerra. Según los
acuerdos, la parte de Kiir tendrá un 53% del gobierno mientras que la de
Machaar tendrá un 33%. El resto de partidos se contentarán con un 14%. Las
tropas de Uganda tendrán que retirarse y dejar la seguridad a las fuerzas
internacionales.
Las guerras africanas (part5)
Las guerras de Sudán
Uno de los países castigados por
las guerras desde décadas es el Sudán. La inmensidad de su territorio, la
complejidad cultural, religiosa y política de ese país explica en parte los
diferentes conflictos que padece. Para entender mejor la situación de Sudán,
vamos a dividir sus conflictos en tres partes: la primera y la segunda guerra
entre el norte y el sur; la guerra del Darfur y la guerra en curso en el Sudán
del sur.
a) Las dos guerras entre el norte
y el sur.
Sudán fue conquistado por Egipto
bien antes de la colonización. Cuando llegó la colonización, pasó bajo el
dominio británico. El acuerdo entre Egipto y Gran Bretaña sobre la
independencia de Sudán estipulaba que el nuevo gobierno de Jartún debía
organizar el país de tal manera que hubiera un gobierno federal en el sur. Esto
venía del hecho de que el norte es mayoritariamente musulmán, con una visión
social y cultural diferente, mientras que el sur es mayoritariamente cristiano
y de religión tradicional que se suele llamar animista.
En 1956, Sudán se convierte en un
país independiente. Pero el gobierno de Jartún no cumple con sus compromisos de
establecer una federación en el sur. Por miedo a que se impusiera la las
costumbres islámicas en todo el país, el Sur emprende una guerra reclamando la
autonomía. La guerra fue atroz. Se piensa que se llevo por delante a más de
500.000 muertos.
Gracias a la mediación de las
iglesias cristianas, el norte y el sur llegaron a un acuerdo de alto el fuego.
En 1972, el acuerdo fue firmado. La guerra acababa de hacer 16 años azotando a
ambas partes. Se acuerda integrar a los militares del sur en el ejército
nacional y formar un mismo ejército. John Galang fue uno de los militares del
sur en integrar el ejército nacional.
En 1983 el general Gaafar Nimeiry
hace un golpe de Estado e impone la sharia sobre todo el territorio sudanés. Estalla
otra vez la guerra. Nace SPLA (Sudan People Liberation Army) con el objetivo de
conseguir la independencia del sur. Reaparece John Garang de Mabior como
comandante de esta rebelión. SPLA recibe el apoyo de Ethiopia y consigue
organizar ataques eficaces contra el norte. La guerra fue larga y costosa.
En 1991, hay intentos de acuerdo
entre las dos partes. Sin embargo, SPLA se escinde en dos entre los partidarios
de un acuerdo y la ala dura del movimiento.
En 1989, el general Omar El
Bechir toma el poder en norte con un golpe de Estado. Muy rápidamente se
convierte en enemigo de los Estados Unidos. Estos últimos pasando por Ouganda,
apoyan SPLA. Entre tanto, hacen presiones por un acuerdo.
En enero 2005, se firma un
acuerdo definitivo de alto el fuego en Nairobi. Poco después, John Garang es
investido como vice-presidente de Sudán. Sin embargo, el 30 de julio de 2005,
John Garang muere en un accidente sospechoso del helicóptero ugandés. Nunca se
llegó a elucidar las circunstancias de ese accidente. Le sustituye en el cargo
Salva Kiir Mayardit.
La primera y la guerra de Sudán
dejó a centenares de miles de personas refugiadas en los países vecinos, en
Uganda y la República centroafricana. Sudán cuenta entre los países con los
refugiados más antiguos del mundo. Por otra parte, se calcula que las dos
guerras dejaron aproximativamente 1.500.000 muertos, la mayoría de ellos,
civiles.
b) La guerra del Darfur.
El Darfur es un territorio enorme
en el oeste de Sudan. Colinda con Chad y la República Centroáfrica. Este
territorio está habitado por dos grandes grupos étnicos importantes: los negros
agricultores y los baggaras que son pastores árabes. Los dos grupos son mayoritariamente
musulmanes. Eso significa que no hay una guerra religiosa en el Darfur sino más
bien étnico. Como siempre donde hay agricultores y pastores en un mismo
territorio, los conflictos pueden llevar a una guerra. Fue lo que pasó en esta
parte de África.
En 2003, estalla la guerra. Nace
MLS (Movimiento para la Liberación del Sudán) compuesto por los negros.
Reivindican la igualdad y la mejor repartición de los recursos del territorio.
Lo que empieza como escaramuzas contra los baggara se convierte progresivamente
en una verdadera guerra.
En abril 2003, MLS se une a otro
movimiento MJI (Movimiento para la justicia e igualdad). De manera combinada,
atacan al ejército nacional en la zona de El Fasher. Habiendo preparado el ataque
en total discreción, se apoderan del cuartel militar, destruyendo los aviones
de guerra y matando a muchos militares del ejército nacional.
El gobierno responde creando la
milicia de los Njanjaouids afines a los baggara. Empiezan las represalias
sangrientas que han llevado la ONU a hablar del genocidio de los negros. Los
milicianos njanjaouids, bien armados y organizados practican una limpieza
étnica, destruyen por completo pueblos enteros y expulsando a miles de
personas. Los desplazados se cuentan por miles desatando una horrible crisis
humanitaria. Las mayores matanzas se observa en Fur, Zaghawa y Masalit.
En 2004, el ejército nacional
entra en acción siempre al lado de los njanjaouids. Los negros aun con el apoyo
de Eritrea se ve en inferioridad. El mundo entero se estremece ante las matanzas. Las manifestaciones llenan las
calles de numerosos países llamando la intervención de la ONU.
En mayo 2006, se filma un acuerdo
entre MLS y el gobierno en Abuja. Se decide enviar los cascos azules para la
protección de los civiles. Finalmente, la ONU despliega 26.000 militares en una
misión que se ha bautizado de histórica. Gracias a su presencia, se reduce
drásticamente los ataques y la destrucción de pueblos.
En 2008, el Tribunal
Internacional de la Haya inculpa al presidente sudanés, Omar El Bechir de
organizador del genocidio. Se convirtió así en el primer presidente en activo a
estar enfrentarse a una orden de arresto y captura de parte del TPI.
Desgraciadamente, hasta el día de hoy, sigue sin inquietarse.
Se piensa que la guerra del
Darfur ocasionó más de 400.000 muertos y casi 2.000.000 de desplazados.
jueves, 19 de noviembre de 2015
El Islam africano
Hace poco, durante la cumbre sobre la seguridad, el presidente de Senegal, Macky Sall dijo sin tapujos que África tendría que rechazar las ayudas de los países del Golfo que aprovechan la pobreza de África para impulsar el islam radical. Decía concretamente que para dar ayudas, esos países exigen la construcción de mezquitas y extienden el salfismo que no corresponde a las costumbres y culturas africanas. Esta mañana, el ex-ministro maliense de defensa y actual responsable de la lucha contra el terrorismo en la Unión Africana, Boubakar Meiga, decía en la Radio France Internacional lo mismo apuntando directamente a Arabia Saudí.Para él, África tiene que independentizarse del salafismo oriental muy en desajuste con la mentalidad africano.
Me parece interesante que los dirigentes musulmanes africanos tomen este tipo de posturas. El hecho de ser musulmán no significa que uno pierde su condición de africano. Y tanto el Islam como el cristianismo tienen que inculturarse en el continente. Esto significa que llegan para mejor y nunca para desfigurar las semillas del bien que se encuentran en las culturas de África.
Últimamente África está sufriendo el acoso de grupúsculos radicales que aprovechan la debilidad de las instituciones para imponer el yihadismo completamente ajeno a la mentalidad africana. Entre esos grupos, destacan AQMI y MUJAO en Mali, Boko Haram de Nigeria y Al Shabab de Somalia. El yihadismo del norte de Mali y de Nigeria que está siendo un rompecabezas en muchos países de la zona tiene que ver con la destrucción de Libia y el desconctrol de los radicales formados en el salafismo del Golfo Pérsico. Al Shabab de Somalia aprovecha la larga descomposición de Somalia para implantar un tipo de islamismo importado también del Golfo.
De manera general, el eslam africano es bastante tolerante. En muchos países, el islam convive con el cristianismo u otras religiones sin enfrentamientos. Es muy frecuente incluso encontrar familias mezcladas con cristianos y musulmanes sin que ello suponga desconfianza. Todos los países del sur de Sahel integran esta realidad en su seno político y social. Para frenar el redicalismo que se presenta como una real amenaza al continente, Marruecos acaba de abrir un instituto de formación de los imames musulmanes para un islam tolerante en África. Muchos países entre otros Mali ya han enviado a los suyos para seguir la formación. El radicalismo es algo importado por unos pocos siempre en conexión con los países musulmanes no africanos.
En cambio, lo que dice el mandatario de Senegal es altamente verdadero. Pone el dedo en la llaga si tenemos en cuenta lo que está ocurriendo en muchos países subsahariano. Efectivamente, en los últimos años, Arabia Saudía está financiando muchas mezquitas, complejos culturales musulmanes, escualas coránicas etc. en muchos sitios. Todo ello lo hace a cambio de introducir un tipo del islam que se practica en oriente próximo, generalmente sunii pero en su vertiente conservador.
Es importante que muchos dirigentes musulamanes africanos se sumen a esta postura de macky Sall y Meiga que consiste en promover un islam africano tolerante, libre de las influencias dañinas y abierto al desarrollo. Lo que África no necesita en este momento no es la vuelta a los primeros siglos sino una apertura al mundo moderno salvaguardando sus valores positivos.
sábado, 14 de noviembre de 2015
El terrorismo y la razón pervertida.
Antiguamente la guerra era un acto heroico donde se medían las fuerzas de dos ejércitos bien identificados. Los enemigos eran muy bien conocidos y la batalla determinaba quién era ganador y quien era perdedor. Aunque no se pudiera asegurar la total seguridad de los inocentes, nadie los atacaba indiscriminadamente. En el código de los guerreros estaba tajantemente prohibido agredir a una mujer, un niño o un anciano fuera del campo de batalla. La guerra era una cuestión de valor, de honor de parte de los combatientes.
Últimamente estamos asistiendo a otro tipo de guerras que no responden a los cánones ordinarios de batallas. Ya no se trata de un enfrentamiento entre dos ejércitos sino un estallido de violencias por aquí por allá donde los enemigos son invisibles y todo el mundo puede ser candidato a la muerte. El terrorismo escapa a la lógica habitual de la guerra; introduce ingredientes nuevos difíciles de entender por los que beben de la cultura occidental. Ya no hay ejércitos acampados sino grupos dormidos dispuestos a matar o a inmolarse matando a los inocentes. No se trata de enfrentarse a un adversario en un campo de batalla sino alcanzar al enemigo matando a los suyos. En este sentido, todo funciona por asociación y terror. Asociación porque se considera que los que comparten los mismos ideales que el enemigo son igualmente enemigos y por terror porque se pretende derrotar al enemigo sembrando el caos en los suyos. En este sentido, el concepto de inocencia no existe. Todo esto está fuera de toda lógica occidental y es inútil intentar entenderlo. El terrorista tiene otra mentalidad y se mueve en una dinámica completamente diferente. Para un occidental, se trata de un cálculo diabólico mientras que para el terrorista se trata de una estrategia de lucha dónde Dios es el vencedor.
De allí conviene hablar de la perversión de la religión y de la razón. La religión es tradicionalmente entendida como un sistema de creencias que sirven a conectar con lo alto. El objetivo principal es conseguir la paz y la armonía entre la vida terrena y el Ser Supremo. A raíz de esto, se puede decir que la religión es una búsqueda de la vida y la serenidad. Cuando la religión se pervierte, se convierte en una ideología, es decir un conjunto de ideas manipuladas al servicio de una causa. La ideología nubla la razón y es capaz de llevar a la persona a cometer las peores atrocidades sin el menor remordimiento de consciencia. De repente, en lugar de promover la vida, la religión ideologizada empieza a promover la muerte; el hombre en lugar de ponerse al servicio de Dios para la paz, se hace el guerrero para imponer por la fuerza la supuesta voluntad divina.
En la misma óptica, cuando la razón se pervierte, se convierte en un instrumento del mal. La razón es una arma tan poderosa que pervertida puede destruir al hombre. Es como un coche sin freno en plena carretera. Es difícil entender a una persona que se arma de bombas para estallar en un bar o un mercado o en cualquier plaza pública con el único objetivo de matar a más inocentes posibles. ¿Quién puede entender esto? Algunos hablarán de frustración o de desesperación como motivos de esta actuación pero yo creo que los que envían a estos terroristas sobre el terreno después de limpiarles el cerebro, no son ni frustrados ni desesperados. Tienen un concepto especialísimo de Dios y sobre todo, a mi entender, están en plena perversión de la razón.
Lo de Paris de este viernes 13 no es algo nuevo. Llevamos años asistiendo a este tipo de barbarie en Nigeria, Kenya, Somalia, Libia, Siria, Irak, Afganistán etc. Mirando el mapa, lo único que se me ocurre es que cuando la razón se pervierte, nadie puede tener seguridad en ningún sitio. Da igual que las víctimas sean cristianos, musulmanes, budistas o paganos. De hecho en todos estos sitios, los inocentes que mueren son de todos los credos. Para el terrorista, el hecho de no participar de su razón te convierte en un enemigo de Dios y tu vida no merece la pena. Es difícil entender a los terroristas porque no tenemos los mismos principios. Ellos creen hacer la voluntad de Dios erradicando el mal, es decir acabando con los impíos cuando nosotros creemos que lo que hacen es inhumano. Sólo el Dios del amor nos puede salvar. Entre tanto, estoy al lado de los que sufren en todos los sitios donde el mal parece tomar el mando.
jueves, 5 de noviembre de 2015
La lección democrática de Tanzania
Hace poco ví por casualidad en la web una foto del presidente Obama junto con sus cuatro predecesores (Jimy Certer, Jorge Bush padre, Bill Clinton y Jorge Bush hijo). Para algunos africanos, es una foto inaudita ya que en muchos paises se aplica el dicho según el cual no existen dos crocodrilos machos en un mismo río. Esto significa senciallamente que en muchas ocasiones, el presidente acaba su mandato matado o exiliado. El succesor, lejos de tomar la lección de la historia, cae en la misma trampa de dirigir sin nunc preparar su pacífica jubilación. Pero, hoy la imagen del nuevo presidente de Tanzania, John Magufuli, junto con sus tres antecesores me llenó de alegría. Se diriría que es una excepción que confirma la regla pero es un signo de esperanza y es una lección magestral a muchos países africanos.
Tanzania inició su democracia en los años 1985 con la dimisión voluntaria del padre de la independencia, Mwalimu Julius Nyerere. Este sabio se dio cuenta que su edad ya no le permitía seguir guiando al país. Aunque las elecciones verdaderamente democráticas se celebraran en 1995, desde la salida del poder de Nyerere, han pasado por la presidencia de manera pacífica y democrática cuatro presidentes, Ali Hassan Mwinyi, Benjamin Mkapa. Jakaya Mrisho Kikwete y Magufuli que ha sido intronizado hoy. Todos estos presidentes están vivos y siguen con su vida tranquila dentro de Tanzania.
El presidente Magufuli sustituye a Kikwete quien hace poco declaró que acababa su segundo mandato con alegría en el corazón y que consideraba importante pasar el testigo al otro para complementar lo que no había podido hacer. Es verdad que África va avanzando poco a poco en muchos aspectos y que nunca se le puede aplicar las teorías venidas de fuera sin más. Pero también es verdad que este tipo de discurso es bastante escaso sobre el continente. En este sentido, he de decir que Tanzania ofrece una lección de fortaleza democrática al mundo en general y a África en particular.
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